Las elecciones municipales y legislativas del pasado 1 de marzo en El Salvador, que ya estaban signadas por cierto descrédito emanado desde algunos partidos de derecha, transcurrieron, sin embargo, en un ambiente de transparencia.
El domingo 1 de marzo, 4,9 millones de electores estaban convocados a elegir a los 84 miembros de la Asamblea Legislativa, 20 diputados al Parlamento Centroamericano y 262 alcaldes.
De acuerdo con los resultados del Tribunal Supremo Electoral, que dio 27 días después de esa fecha, Arena obtuvo ocho diputados para el Parlamento Centroamericano; el FMLN, ocho; y Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA), que se consolida como tercera fuerza política, dos.
En tanto, Arena logró 32 diputados para la Asamblea Legislativa, y 119 Concejos Municipales; el FMLN, 31 y 82; GANA, 11 y 19, respectivamente. Otros partidos políticos y coaliciones obtuvieron resultados más discretos.
Sobre estos resultados, lo más significativo es que el FMLN recuperó la capital, centro de poder político del país, además de otras municipalidades como Mejicanos, Soyapango, en el departamento de San Salvador, y la oriental urbe de San Miguel.
Estas cuatro localidades son las de mayor cantidad poblacional en El Salvador, lo cual tiene un importante rédito para el partido de izquierda.
Por otra parte, también resulta de alto interés la composición del Parlamento, pues ninguna de los dos principales partidos tiene la cantidad de diputados para ser mayoría simple a la hora de votar por algún proyecto de ley, resolución, u otros.
De acuerdo con la reelecta diputada del FMLN Norma Guevara, en la nueva legislatura los partidos y el FMLN en particular seguirán buscando conciertos en torno a los temas de interés de la ciudadanía.
La actual jefa de la bancada del FMLN, y miembro de la Comisión Política de ese partido, recordó que el liderazgo en la Asamblea Legislativa, el órgano más plural por decisión de los electores, radica en dialogar siempre y hallar acuerdos.
Ahora corresponderá escoger a la directiva de la Asamblea, una duda que revuela sobre gran parte de la población, porque Arena y los medios de derecha que le siguen el juego dice que le corresponde a ese partido por alcanzar la mayor cantidad de diputados.
Sin embargo, la Junta Directiva del congreso salvadoreño, unicameral, lo integran una presidencia, vicepresidencias y secretarías que se conforma a partir de la participación de todos los grupos parlamentarios, con base en los criterios de pluralidad y proporcionalidad.
Los grupos representados en la Asamblea tendrán que redactar y firmar un Protocolo de Entendimiento que servirá para precisar las pautas de trabajo a quienes conducirán ese órgano para que las distintas fuerzas políticas que conforman el congreso legislen en armonía.
NOVEDADES Y CONSECUENCIAS
Luego de un conjunto de sentencias y decretos emitidos en torno a este proceso, se aplicó por vez primera el voto cruzado o listas abiertas a partir de una sentencia de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, que ordenó el pasado 5 de noviembre se regulara un nuevo modelo para la elección de diputados a la Asamblea Legislativa.
Dicha modalidad permite que un elector pueda votar por varios candidatos de diferentes partidos políticos. Antes solo podía hacerlo por aspirantes de una sola fuerza política o coalición.
Este 1 de marzo, se utilizó una papeleta específicamente para elegir los 20 diputados al Parlacen.
Para las diputaciones a la Asamblea hubo cinco formas de sufragar y cuatro maneras para el Parlacen y, por consiguiente, nuevas formas de conteo por rostro y por bandera, entre otras, provocaron que el escrutinio en las Juntas Receptoras de Votos demorara de nueve a 17 horas y luego el definitivo, 22 días.
Guevara calificó de inhumano ese proceso que observadores internacionales han recomendado simplificar.
ESCRUTINIO
A pesar de que el ejercicio cívico transcurrió con tranquilidad, tras el cierre del sufragio la divulgación del conteo preliminar no pudo realizarse por fallas técnicas que el presidente del TSE, Julio Olivo, atribuyó a un sabotaje, el cual denunció ante la Fiscalía General de la República.
Dos días después (el martes) de las elecciones, el TSE instaló las mesas para el escrutinio de las 10 mil 621 actas, pero fue el jueves cuando comenzó con altibajos, los que se mantuvieron en los subsiguientes días.
Olivo recalcó entonces, en la crisis ocasionada en esta parte del proceso, que buena parte de la demora del conteo, se debió a la introducción del voto cruzado.
Además, dijo, a intenciones de algunas fuerzas políticas, particularmente de los derechistas Arena, el Partido Demócrata Cristiano y Concertación Nacional que trataron de entorpecer el proceso y retrasar su cierre.
El magistrado señaló que esos mismos partidos impulsaron una campaña de desprestigio contra el TSE, y su persona por lo que los instó a darle paso a la democracia que tanto costó lograr tras la firma de los Acuerdos de Paz en 1992.
El 1 de mayo próximo, los alcaldes y diputados asumirán sus puestos para el período 2015-2018 y tendrán ante sí el reto de trabajar para el supremo que los escogió.
La legislatura que concluye logró acuerdos importantes en materia legislativa como declarar los programas sociales política de Estado, aprobar la ley contra las extorsiones y de pueblos indígenas, entre otras, en algunos casos con la oposición de Arena.
Otras normativas, como la que permite el derecho al agua y la alimentación, no han podido ser ratificadas aún por la negativa del mismo partido opositor.
También serán una realidad a partir de esa fecha los concejos municipales plurales cuando se instalen las nuevas administraciones locales que estarán integradas por distintos partidos.
Para algunos estas instancias incidirán en mayor confrontación, mientras que para otras opiniones, permitirán el debate y darán más espacio a la ciudadanía para que exija sus derechos.
Pese a las críticas, a las actuaciones de algunos partidos de la derecha en contra del TSE, estas elecciones significan un avance en la democracia salvadoreña, conquistada tras los Acuerdos de Paz de 1992, que puso fin a 12 años de conflicto armado, afirmó Olivo.
Dichos acuerdos, luego de una guerra que permitió eliminar décadas de dictadura y represión, propiciaron un sistema electoral perfectible, como todo, y que recoge en gran medida los deseos del pueblo salvadoreño en torno a quienes quiere que lo representen.
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