Entre el 9 y el 11 de abril se están realizando en Panamá
dos cumbres importantes: la de las Américas, que reunirá a gobiernos y jefes de
Estado, y la de los Pueblos, a sindicatos y movimientos sociales de nuestra
América. Como sus nombres indican, la primera recogerá las manifestaciones de
buena voluntad de quienes gobiernan, si es que pueden ponerse de acuerdo; la
segunda, las demandas sociales, económicas, de derechos humanos y democráticos
de los pueblos del continente. La primera se realizará en el Centro de
Convenciones Atlapa; la segunda, en el Paraninfo de la Universidad de Panamá.
Dos cumbres, dos visiones distintas.
La intención de la Cumbre de los Pueblos es recibir las
demandas de los sectores populares, a través de sus organizaciones sindicales,
sociales, etc., y proponer soluciones. La idea surgió porque en estos
encuentros los jefes de Estado acostumbran a hacer compromisos, con supuestos
planes sociales y políticas “desarrollistas”, pero que a la hora de la verdad
no se cumplen.
Esto cambió un poquito con los nuevos gobiernos “progresistas” de Latinoamérica, pero no mucho. Por lo general, los jefes de Estado hacen compromisos con enfoque socioeconómico neoliberal y una democracia acartonada. Los pueblos demandamos democracia participativa y programas de desarrollo social con participación popular.
La Cumbre de los Pueblos es la contraparte a la de los
jefes de Estado, pues dice las cosas que muchas veces se omiten en la otra.
Muchos gobiernos –tal es el caso de Panamá– no cumplen los compromisos
adquiridos ante la Organización de Naciones Unidas en materia de combate a la
pobreza, llamados Objetivos del Milenio. Los gobiernos se concentran en cifras
macroeconómicas, bajo la creencia falsa de carácter neoliberal de que si los
negocios van bien, a la sociedad le va bien. La prosperidad económica no se
está expresando como disminución de las desigualdades sociales.
A la Cumbre de los Pueblos ya han confirmado y participan del comité organizador, las principales organizaciones sindicales panameñas. Además, se espera que asista una numerosa delegación de pueblos originarios (especialmente ngäbe buglés, que luchan contra el proyecto hidroeléctrico Barro Blanco), organizaciones estudiantiles, sociales, ecologistas, etc.
También se contará con la participación de representaciones sindicales de todo el continente, sobre todo, de las afiliadas a la Federación Sindical Mundial; una enorme delegación del pueblo boliviano que acompañará al presidente Evo Morales; importantes representantes de Cuba, Venezuela, Centroamérica, México y Puerto Rico (que lucha por su reconocimiento como Estado independiente).
El comité organizador de la Cumbre de los Pueblos, desde el
principio dejó claro que no pretende obstaculizar el desarrollo de los foros
oficiales de la Cumbre de las Américas.
Por su parte, el Foro de la Sociedad Civil, organizado
oficialmente y auspiciado por la Cancillería panameña, es instrumentalizado por
la política exterior estadounidense. Una comisión misteriosa se reserva el
derecho de admisión, sin que estén claros los criterios. Además, el
embajador de Estados Unidos en Panamá anunció que traerán una enorme delegación
de más de mil personas, algo desproporcionado. Y se comenta que
esta cobijará a sectores de la oposición venezolana y cubana. Por ese
motivo nos atrevemos a advertir que estamos ante una segura manipulación de los
foros de la Cumbre de las Américas. –
BRIGADA SALVADOREÑA PRESENTE EN LA CUMBRE EN PANAMÁ
La Brigada Solidaria Salvadoreña Schafik Hándal, integrada
por diversos colectivos, asiste a la Cumbre de los Pueblos, paralela a la VII
Cumbre de Las Américas, a celebrarse en Panamá los días 10 y 11 de abril.
Miembros del Movimiento Popular de Resistencia 12 de
Octubre, del Frente Sindical Salvadoreño, de la Secretaría Nacional de
Movimientos Sociales, del Colectivo de la Universidad de El Salvador, se
sumarán a la cita continental donde, entre otros objetivos, abogarán por la paz
y la autodeterminación de los pueblos.
Asimismo, exigirán que el presidente Barak Obama se retracte
del decreto que declara a Venezuela una amenaza para la seguridad nacional de
Estados Unidos.
También protagonizarán acciones políticas contra la mafia
cubano-americana que busca empañar el buen desarrollo de la VII Cumbre en la
cual participará Cuba.
Están convocados para ese encuentro las organizaciones
sindicales, campesinas, indígenas, estudiantiles, de derechos humanos,
ecologistas, feministas y todas las que tengan algo que decir sobre los grandes
y graves problemas que afectan a los pueblos de la región.
Las agrupaciones sindicales y populares de Latinoamérica, el
Caribe, Estados Unidos y Canadá debatirán en las diversas Mesas de Trabajo una
amplia gama de temáticas como la libertad sindical; seguridad social y sistemas
de pensiones.
También, sobre migraciones, sus condiciones y sus derechos;
la situación especial de los pueblos originarios y las comunidades campesinas
amenazadas por proyectos mineros e hidroeléctricos; el intervencionismo
norteamericano y su amenaza a la democracia y soberanía de los países del área.
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