Lo que hace 15 años estuvo a punto de convertirse en el escenario de una matanza terrorista, recibe hoy a dos mil representantes de movimientos sociales que participarán aquí en una nueva Cumbre de los Pueblos.
El Paraninfo de la Universidad de Panamá es la sede escogida para esa reunión alternativa a la VII Cumbre de las Américas que comienza mañana en esta capital con la asistencia de una treintena de jefes de Estado del hemisferio occidental.
El foro de los pueblos tiene por lema "América Latina, una patria para todos, en paz, solidaria y con justicia social" y sus participantes son organizaciones sindicales, campesinas, indígenas, estudiantiles, de derechos humanos, ecologistas y feministas, entre otras.
Antes de la apertura de la cumbre, el cantautor cubano Silvio Rodríguez ofrecerá un concierto a los delegados.
En noviembre de 2000, terroristas encabezados por Luis Posada Carriles, quien hoy reside libremente en Estados Unidos, con el apoyo de la Fundación Nacional Cubano Americana pretendieron volar el Paraninfo con explosivos de alto poder para asesinar a Fidel Castro mientras hablara ante el auditorio.
Para el atentado estaba lista una carga de nueve kilogramos de explosivo C-4, cuya detonación hubiera causado la muerte a cientos de personas, en su mayoría estudiantes.
Pero el proyecto de magnicidio fue denunciado por el propio Fidel Castro al arribar a Panamá para asistir a la conferencia iberoamericana.
Posada Carriles estaba prófugo de una cárcel venezolana, donde cumplía prisión por su responsabilidad en la voladura en pleno vuelo de un avión comercial de Cubana de Aviación que costó la vida a 73 personas en 1976.
La denuncia de Fidel Castro permitió la captura del criminal un día antes de la ejecución del atentado junto con los también terroristas Guillermo Novo, Pedro Remón y Gaspar Jiménez Escobedo.
Todos fueron acusados de asociación ilícita para delinquir, atentar contra la seguridad colectiva y posesión de explosivos.
Posada Carrilles estuvo en una prisión panameña desde noviembre de 2000 hasta agosto de 2004, cuando fue indultado por la presidenta saliente de Panamá Mireya Moscoso, una decisión criticada por amplios sectores de la sociedad panameña.
Sin embargo, los organizadores de la actual Cumbre de las Américas otorgaron credenciales a elementos contrarrevolucionarios y mercenarios vinculados a Posada Carriles y otros terroristas, lo que desde ayer mantiene empañado el ambiente de la cita presidencial.
Los temas de la Cumbre de los Pueblos tratan sobre la necesidad de levantar el bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos contra Cuba y la demanda de derogar el decreto del presidente estadounidense, Barack Obama, que declara a Venezuela una amenaza para su país.
También versan acerca del derecho de Puerto Rico a su independencia, el reclamo de Bolivia para una salida al mar, y la reparación a favor de las familias víctimas de la invasión norteamericana a Panamá (1989).
Otros puntos de la agenda tratan sobre los derechos humanos, económicos, sociales y culturales "de los pueblos de Nuestra América".
Democracia y soberanía, libertad sindical, seguridad social, sistemas de pensiones, migrantes, pueblos originarios y comunidades amenazadas por proyectos mineros e hidroeléctricos completan la lista de temas.
Será una oportunidad "para levantar la voz de nuestros pueblos y señalar los problemas que la otra reunión (la cumbre presidencial) no aborda y sobre los que toma decisiones que afectan a nuestras naciones, sin que las clases populares sean consultadas", apunta la convocatoria.
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