Ilka Oliva Corado
Al presidente de Guatemala no lo sacó el pueblo,
lo sacó la CICIG que presentó pruebas contundentes que confirmaban que
Otto Pérez Molina está involucrado en la red criminal y de saqueo
económico denominada “La Línea.” A Otto Pérez Molina lo entregó el CACIF
con el respectivo aval del Embajador de Estados Unidos.
¿Por qué? Porque ya estaba quemado, porque ya no les servía para nada, porque en su lugar ya estaba ahí otro títere lambiscón que recibiría las órdenes puntuales, hablo del vicepresidente que tomó el lugar de la encalada Roxana Baldetti que ya está en la cárcel para mujeres Santa Teresa. Porque las elecciones presidenciales calmarán la fiesta ciudadana en la que anda Guatemala.
¿Por qué? Porque ya estaba quemado, porque ya no les servía para nada, porque en su lugar ya estaba ahí otro títere lambiscón que recibiría las órdenes puntuales, hablo del vicepresidente que tomó el lugar de la encalada Roxana Baldetti que ya está en la cárcel para mujeres Santa Teresa. Porque las elecciones presidenciales calmarán la fiesta ciudadana en la que anda Guatemala.
Necesitan que ese pueblo urbano (porque pregúntenle al campesino organizado y sabrán lo que siente el pueblo herido) se sienta protagonista, que celebre, que se sienta digno, poderoso, honesto, que sienta que cumplió con su deber moral y que vaya feliz a votar. Que se olvide que con su voto escogerá a igual o peor escoria corrupta que Otto Pérez Molina. Y es triste pero ese pueblo que llamó la atención del mundo fue a votar, ya escogió a sus pre-sidenciables de los cuales no hay uno solo que tenga la capacidad moral, política ni humana para tomar las riendas del país. Ni uno solo, es que hoy no existe la opción de votar por el menos peor.
¿Se puede ser más inconsecuente en esta vida? ¿Manifestar por corrupción pero ir a votaciones a votar por los mismo clan de corruptos? Entonces ni un solo esfuerzo sirvió para nada ir a votar el 6 de septiembre. Adulan que es el despertar de la prima-vera guatemalteca, no apenas van por la deshierbada, preparando la tierra. Dicen que hicieron historia, tienen el descaro de comparar las manifestaciones de hoy en día con las de 1944, no ni a los zapatos. Es que así son los urbanos fanfarrones a morir.
Que el mundo sepa que Otto Pérez no renuncia por Genocida, lo hicieron renunciar por ladrón y corrupto, otros ladrones y co-rruptos que tienen el sartén por el mango y son quienes ponen y quitan presidentes en el país: hablo del sector empresarial que ya está listo para poner otro títere de presidente con el voto del “pueblo.” Que el mundo sepa que esa masa amorfa que se cree digna aún sigue negando el Genocidio. Que esos campesinos maltratados siguen peleando por sus Derechos Humanos en soledad, sin acompañamiento más que de ellos mismos. Al final solo el pueblo defiende al pueblo.
¿Qué sigue después de la renuncia de Otto Pérez Molina? Ir al matadero a dar el voto. Guatemala tiene en sus manos la opción de hacer que se cancelen esas votaciones, así como alardean los urbanos de ser ellos los que hicieron que renunciara el Genocida, pues que se vea que también tienen el poder para cancelar las elecciones, de hecho lo tienen si se arman de valor y van un paso más allá, si quieren cambiar realmente la historia del país. Por algo será que quienes sostenían carteles en las manifestaciones, donde se leía que pedían una Asamblea Nacional Constituyente eran campesinos no urbanos.
Yo le creeré la dignidad a ese movimiento urbano de la clase media y las universidades (incluida la universidad de mis amores, la Universidad de San Carlos de Guatemala) si se niega a votar, si se atreve a abrir la herida supurante de la Memoria Histórica y lleva frente al juez a Otto Pérez Molina, pero no por corrupto, sino por Genocida y también a todos los perpetradores de Derechos Humanos que están pululando en el sistema, y que lo sabemos porque se pasean campantes frente a nuestras narices. Yo le creeré a ese movimiento urbano cuando demuestre que ha dignificado la educación superior acuerpando la lucha campesina, obrera y proletaria.
Por el momento aunque celebre sigue siendo racista, discriminador, oportunista y tan pero tan inconsecuente que fue a votar por la misma escoria que hoy rechaza.
Disculpen pero el pueblo, que es pueblo real merece respeto y ante todo justicia.
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