A solo cuatro días para la beatificación de monseñor Óscar Arnulfo Romero, son muchas las evocaciones y loas al más universal de los salvadoreños, asesinado por su lucha a favor de los pobres.
El
próximo sábado 23 de mayo, monseñor Romero será beatificado luego de
que el papa Francisco aprobara el 3 de febrero último declararlo mártir.
El embajador de El Salvador ante la Santa Sede, Manuel Roberto López Barrera, aseguró en entrevista con el Vatican Insider que el gobierno salvadoreño puso todo el empeño en esta ceremonia de beatificación porque es muy importante para el pueblo.
"Se ha esperado tanto para tener esta celebración, el gobierno puso todos los medios para ayudar a la Iglesia católica en la organización, en la logística, en todo lo que implica una ceremonia de esta naturaleza", subrayó
El diplomático indicó que alrededor de medio millón de personas, asistirán a esta celebración el sábado en la emblemática plaza Salvador del Mundo.
En tal sentido es necesaria una logística especial con un reforzamiento de la seguridad y la transportación, para que la gente se sienta tranquila, explicó.
"La figura de monseñor Romero se hizo universal por su defensa de quienes no tenían nada, en una parte de la historia salvadoreña muy dolorosa, en medio de un conflicto y con gobiernos militares que todo lo arreglaban silenciando a la gente de cualquier manera", enfatizó.
Recordó que ellos apoyaban a gente de mucho dinero que no admitía mejorar los salarios y las condiciones de vida, ni ayudar a los pobres y es lo que denunciaba Romero.
"Su denuncia sincera, desde el fondo del corazón, sosteniendo un evangelio en la mano y defendiendo al pueblo que le había sido encomendado, confirma la necesidad de un cambio en la mentalidad", añadió López Barrera.
Aseguró que "los problemas de hoy en el mundo tienen su origen en la desigualdad, y la figura de monseñor Romero muestra la necesidad de velar por nuestros hermanos. En este sentido coincide con las enseñanzas del Papa Francisco".
Comentó que desde que fue electo como representante diplomático en el Vaticano pidió ayuda al papa Francisco en la causa de monseñor Romero.
"Él dijo que sé: Vamos a revisar, durante mi pontificado podría será. Así fue hasta el más reciente saludo, en enero pasado, cuando exclamó: "ÂíPrepárense para la fiesta, ya viene!", contó.
Acerca del pasado reciente de El Salvador donde proliferaron sangrientas dictaduras militares que llevó al conflicto armado (1980-1992) dijo que "Monseñor Romero viene a ser como un bálsamo para estas heridas del pasado".
En su opinión, el tiempo se encarga de borrar las heridas y en este caso se encarga de ir suavizando esta situación, aunque me imagino que existen personas que aún no están totalmente de acuerdo en la santidad de él.
"Personas que todavía defienden, tal vez, intereses pequeños y que no aceptan esta situación, aunque en general se constata una aceptación a Romero", dijo.
Subrayó que desde el gobierno se ha "pugnado por evitar cualquier instrumentalización (de la figura de Romero) y creemos que finalmente se logró.
El embajador de El Salvador ante la Santa Sede, Manuel Roberto López Barrera, aseguró en entrevista con el Vatican Insider que el gobierno salvadoreño puso todo el empeño en esta ceremonia de beatificación porque es muy importante para el pueblo.
"Se ha esperado tanto para tener esta celebración, el gobierno puso todos los medios para ayudar a la Iglesia católica en la organización, en la logística, en todo lo que implica una ceremonia de esta naturaleza", subrayó
El diplomático indicó que alrededor de medio millón de personas, asistirán a esta celebración el sábado en la emblemática plaza Salvador del Mundo.
En tal sentido es necesaria una logística especial con un reforzamiento de la seguridad y la transportación, para que la gente se sienta tranquila, explicó.
"La figura de monseñor Romero se hizo universal por su defensa de quienes no tenían nada, en una parte de la historia salvadoreña muy dolorosa, en medio de un conflicto y con gobiernos militares que todo lo arreglaban silenciando a la gente de cualquier manera", enfatizó.
Recordó que ellos apoyaban a gente de mucho dinero que no admitía mejorar los salarios y las condiciones de vida, ni ayudar a los pobres y es lo que denunciaba Romero.
"Su denuncia sincera, desde el fondo del corazón, sosteniendo un evangelio en la mano y defendiendo al pueblo que le había sido encomendado, confirma la necesidad de un cambio en la mentalidad", añadió López Barrera.
Aseguró que "los problemas de hoy en el mundo tienen su origen en la desigualdad, y la figura de monseñor Romero muestra la necesidad de velar por nuestros hermanos. En este sentido coincide con las enseñanzas del Papa Francisco".
Comentó que desde que fue electo como representante diplomático en el Vaticano pidió ayuda al papa Francisco en la causa de monseñor Romero.
"Él dijo que sé: Vamos a revisar, durante mi pontificado podría será. Así fue hasta el más reciente saludo, en enero pasado, cuando exclamó: "ÂíPrepárense para la fiesta, ya viene!", contó.
Acerca del pasado reciente de El Salvador donde proliferaron sangrientas dictaduras militares que llevó al conflicto armado (1980-1992) dijo que "Monseñor Romero viene a ser como un bálsamo para estas heridas del pasado".
En su opinión, el tiempo se encarga de borrar las heridas y en este caso se encarga de ir suavizando esta situación, aunque me imagino que existen personas que aún no están totalmente de acuerdo en la santidad de él.
"Personas que todavía defienden, tal vez, intereses pequeños y que no aceptan esta situación, aunque en general se constata una aceptación a Romero", dijo.
Subrayó que desde el gobierno se ha "pugnado por evitar cualquier instrumentalización (de la figura de Romero) y creemos que finalmente se logró.
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