Construyen templete en El Salvador para beatificar a Monseñor Romero
La construcción de la tarima o templete para la ceremonia de beatificación de Monseñor Óscar Arnulfo Romero continúa hoy en la plaza Salvador del Mundo, en esta capital.
La construcción de la tarima o templete para la ceremonia de beatificación de Monseñor Óscar Arnulfo Romero continúa hoy en la plaza Salvador del Mundo, en esta capital.
La plataforma que comenzó a edificarse ayer lunes cuenta con un altar mayor donde estará la jerarquía eclesiástica salvadoreña, acompañada por seis cardenales, y frente al cual habrá un sitio destinado para depositar las reliquias del arzobispo mártir. Detrás del altar se construirá una escultura que simboliza el amor, la paz y la unidad, y al lado derecho una gigantografía de Romero, que será desvelada en el momento en que lo declaren beato.
Se espera la asistencia de más de 260 mil personas a esta ceremonia anhelada desde hace años por el pueblo salvadoreño.
Monseñor Romero fue asesinado el 24 de marzo de 1980 mientras oficiaba una misa en la capilla del hospital para cancerosos Divina Providencia, de la colonia Miramontes.
El arzobispo denunciaba cada semana los crímenes cometidos en el país y daba a conocer los nombres de los muertos, los lugares y hasta los hechos.
La Comisión de la Verdad, creada por Naciones Unidas después de los Acuerdos de Paz de 1992, determinó en 1993 que monseñor Romero fue víctima de los escuadrones de la muerte dirigidos por el mayor Roberto d'Aubuisson, fundador del partido Alianza Republicana Nacionalista.
El pueblo salvadoreño y latinoamericano lo elevó desde entonces a la altura de los santos y comenzaron a llamarle San Romero de América.
"¡San Romero de América, pastor y mártir nuestro!/Romero de la paz casi imposible en esta tierra en guerra.(...)./Romero de la Pascua latinoamericana", escribió el obispo y poeta Pedro Casaldáliga, una de las figuras más destacadas de la Teología de la Liberación.
"Pobre pastor glorioso, asesinado a sueldo, a dólar, a divisa./Como Jesús, por orden del Imperio./(...) "Los pobres te enseñaron a leer el Evangelio. San Romero de América, pastor y mártir nuestro: nadie hará callar tu última homilía!", dijo en sus versos.
Un día antes de su asesinato dirigió una vigorosa homilía en la que pidió al ejército y a las autoridades el cese de la represión en el país.
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