jueves, 14 de mayo de 2015

Acorralados

La estrategia gubernamental  de trasladar reos a otros centros penales, y sin privilegio de ningún tipo, incluso mezclando pandillas rivales, desarticuló a los mandos de las maras que operaban desde el interior de las cárceles. Las prisiones y celdas, que los jefes de maras controlaban a su antojo, eran prácticamente sus “estados mayores”, al desarticularles esta estructura recibieron un duro golpe.

Pero reaccionaron asesinando a policías y a miembros del ejército, en un período corto el número de agentes del orden se elevó. La reacción coordinada de la Policía Nacional Civil y del ejército y todas las esferas de seguridad fue contundente, redadas, capturas, enfrentamientos, no negociación. Persecución sin descanso y castigo.

Las maras al sentirse acorraladas intentaron comunicación con la autoridades, pero nadie les atendió. Al contrario el gobierno profundizó su estrategia a través de: “El Plan El Salvador Seguro” creado por el Consejo Nacional de Seguridad Ciudadana y Convivencia, institución conformada por instituciones del Estado, representantes de Gobierno, iglesias, medios de comunicación, empresa privada, partidos políticos, varios representantes de la sociedad civil y de la comunidad internacional, proporcionando insumos para articular políticas de combate a la inseguridad.

Las pandillas han acusado a las autoridades salvadoreñas de eliminar a sus miembros y familiares en operaciones nocturnas contra las maras. La autoridades han desmentido este tipo de acciones de extermino, y aducen que son el resultado de las peleas de maras rivales.

Aparte del traslado de más de seiscientos pandilleros a prisiones de mayor seguridad, para cortarles la comunicación con sus bandas en el exterior y evitar nuevos delitos, simultáneamente el gobierno salvadoreño anunció la disposición de un batallón de policías especializados en el combate de las maras, o pandillas, que trabajará en forma coordinada con otros tres batallones de reacción inmediata de la Fuerza Armada.

Además la Policía Nacional Civil dispondrá de doscientos hombres para conformar un batallón especial que tendrá como objetivo el combate de estas estructuras criminales.

Acorralándolos:
Los nuevos batallones especializados ope-rarán en los cincuenta municipios más violentos del país. Son batallones livianos que tienen doscientos efectivos cada uno y la base de organización de estas unidades es el Comando de Fuerzas Especiales donde tenemos la élite de nuestros soldados, dijo el ministro de la Defensa Nacional, el ge-neral David Munguía Payés, en entrevista televisiva.

Explicó que estas unidades tienen capacidad para operar en las áreas urbanas y rurales, con capacidad de patrullajes a corto, mediano y largo alcance, con equipos de francotiradores con movilidad terrestre y aérea.

Detalló que los tres batallones de fuerzas especiales estarán bajo los mandos militares, pero a disposición de apoyo a los planes de la Policía Nacional Civil.

El ministro informó que las unidades militares van a trabajar en los municipios que las autoridades han identificado como de mayor incidencia delincuencial, pero agregó que tienen capacidad para operar en todo el país, por eso es que estas unidades son livianas, con gran potencia de maniobra, de fuego y de operar en cualquier lugar del país y en cualquier situación meteorológica.

Munguía Payés, quien citó informes de Inteligencia, dijo que han detectado algunos grupos armados en las faldas del volcán Chichontepec, en la jurisdicción de San Vicente y en el cerro de Guazapa, a unos  25 kilómetros al norte de San Salvador.

El jefe militar sostuvo que estos grupos armados, supuestamente de las pandillas, se han refugiado en las zonas montañosas debido a la operatividad de la Policía y del Ejército en las ciudades. Sin dar mayores detalles, Munguía Payés afirmó que ya han realizado algunas operaciones contra estos grupos en esas zonas montañosas.

El gobierno subió el tono: “A la violencia hay que derrotarla y eso es lo que estamos haciendo. Vamos a golpear a la extorsión, vamos a golpear al crimen organizado, vamos a aislar a los criminales que están en el sistema penitenciario”, dijo el vicepresidente Óscar Ortiz durante un evento oficial.

Hormigas acorraladas:
70,000 es la cantidad de mareros organizados en El Salvador, según estimaciones oficiales. De ese número, se estima que diez mil están detenidos y sesenta mil operan en todo el territorio, en diferentes pandi-      llas que controlan el país. El fenómeno de las maras se originó en barrios hispanos de Estados Unidos.

Algunos investigadores creen que el término mara viene de marabunta, las feroces hormigas migratorias que arrasan todo a su paso, pero ahora en esta nueva coyuntura, las maras están acorraladas. Deben enfrentarse al rechazo de la población, a la estrategia del gobierno a combatirlas sin dilación, acciones policiales permanentes, nuevos batallones, a la desarticulación de sus puestos de mando, a un ambiente de cero tregua.

Ante tal realidad los miembros de las pandillas se están desplazando hacia Honduras y Nicaragua, pero en ambos países han activado planes para frenar su movilización.

Estudiosos de temas migratorios y de pandillas dijeron a El Independiente que está claro que las pandillas están pasando por una fase de agotamiento natural, entraron en un proceso de descomposición que ha llegado a los límites y entonces la sociedad los ha cercado. Por eso creen que si el go-                                                            bierno actúa con responsabilidad y diligencia, podría vencerse a las maras y desintegrarlas.

“Ningún organismo social vive para siempre. Ni siquiera la temible marabunta”.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario