jueves, 21 de mayo de 2015

PRESAGIO DE UN DESENLACE / A Monseñor Óscar A. Romero


PRESAGIO DE UN DESENLACE A Monseñor Óscar A. Romero
Un aire cargado de incertidumbre
pisó los eslabones del tiempo
calcinados por la angustia.

Días antes fuiste al Paisnal
a ver los restos de Rutilio Grande,
y una parvada de palomas alas blancas
allanaron los caminos cargados de ciprés.

Tus sandalias –igual que las del Nazareno
no mostraron temor a los sonidos
pese a que los anuncios de la parca
presagiaban el final de los días
y el inicio de una tormenta
con sus ayes y sus gritos.

El cielo se volvió oídos
y el aire que respiramos
comenzó a confabular en las homilías.

El tiempo pasaba…
los días cargaban arneses
los fariseos vagaban por doquier,
sólo faltaba Judas
y aquel 24 de marzo
el plomo cruzó los caminos
atravesó tu corazón
y el Pulgarcito supo de tu ausencia…

¡Los días transidos y el plañir de campanas
son ahora pavesas que abonan los caminos!

Se incendiaron los relojes
pero tu recuerdo, como el del Mesías
donde quedó escrito un epitafio
nacerá una flor más hermosa que la aurora
y el fruto crecerá fértil en la mano campesina
porque silenciaron al hombre
pero no apagaron la antorcha
de los que jugamos con la muerte
al “esconde el anillo escóndelo bien”
por eso con el canto te rendimos culto
Monseñor de los abrazos y la esperanza…

Luis Antonio Chávez
Noviembre de 1980
Del libro A golpe de fuego

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