El Tribunal Supremo Electoral de El Salvador (TSE) comienza hoy el escrutinio definitivo de las elecciones municipales y legislativas cuyos resultados preliminares no pudo dar a conocer por un fallo en la transmisión de esos datos.
Los salvadoreños votaron el docmingo último para renovar los 84 escaños de la Asamblea Legislativa, los 262 Concejos Municipales, y los 20 puestos en el Parlamento Centroamericano.
Tras el cierre de los centros de votación la esperada transmisión de datos fue imposible debido a una falla técnica en la digitalización de las actas, según se informó.
Sin embargo, el sitio del TSE en internet, la población salvadoreña puede consultar ya dichas actas cuyas imágenes se comenzaron a colocar este lunes, tal como prometió Olivo.
El magistrado aseguró que todas las etapas del proceso de transmisión estaban funcionando de forma exitosa, y solo falló la divulgación de los datos preliminares.
Enfatizó que la Gobernabilidad y la democracia del país están en juego y al TSE les interesa la transparencia y credibilidad de los resultados.
Observadores internacionales aseguraron que el proceso fue limpio y sin cabida para el fraude, pese al nivel de dificultad en la forma de votar, así como del conteo.
Asimismo, el Procurador General para los Derechos Humanos, David Morales, resaltó la transparencia de las elecciones y aclaró que las garantías de limpieza del proceso dependen del control de los partidos en la mesas de votación y no del sistema de transmisión de los primeros resultados.
Varios candidatos se autoproclamaban vencedores el lunes, otros reconocían su derrota, mientras aumentaba las expectativas por el desenlace del ejercicio cívico.
Según estimaciones, el aspirante del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), Nayib Bukele, triunfó para asumir la alcaldía de San Salvador, la más importante del país.
Otro bastión estratégico para el partido de izquierda fue San Miguel, localizado a 138 kilómetros de esta capital, que ganó a través de su aspirante, Miguel Pereira.
De acuerdo también on datos extraoficiales, el FMLN perdió Santa Tecla, alcaldía en el departamento de la Libertad, colindante con Salvador, que estuvo gobernada desde el año 2000 por el actual vicepresidente de la nación, Oscar Ortiz, hasta el pasado año.
Se espera que los resultados finales de estos comicios, considerados los más complejos de la historia electoral salvadoreña, demoren varios días.
Decisiones intempestivas de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia obligaron a reformar el proceso electoral, por lo que el TSE dispuso de cortos plazos para que las elecciones del domingo llegaran a feliz término.
La Sala avaló las listas abiertas o el llamado voto cruzado prácticamente cuando estaba montado todo el andamiaje para la fiesta cívica.
La derecha, en particular el partido Alianza Republicana Nacionalista, durante su campaña proselitista enfiló todos sus cañones hacia el TSE.
El objetivo, afirman analistas como Raúl Llarull, fue condicionar un estado negativo de opinión y así generar desconfianza hacia un proceso reconocido por observadores y organismos internacionales como uno de los más avanzados de América Latina.
"En efecto, acusar al máximo tribunal electoral de incapacidad, como hicieron rápidamente medios de comunicación cercanos a ese partido", subrayó.
Los observadores, de manera general advirtieron un proceso limpio y apegado a las reglas del Código electoral
El presidente del TSE pidió paciencia a la ciudadanía en esta etapa de conteo final al tiempo que instó a confiar en el TSE.
El sistema electoral de El Salvador, es uno de los logros de los Acuerdos de paz firmados en 1992 entre el FMLN y el gobierno, en Chapultepec, México.
En este tema se acordaron una serie de medidas para asegurar la plena vigencia de los derechos civiles y políticos de los ciudadanos.
Las partes acordaron entonces, en el contexto de las reformas institucionales que impulsaron, crear el TSE, la más alta autoridad administrativa y jurisdiccional en la materia.
El joven sistema electoral, que se estancó en la década de 1990 y tomó un ritmo más acelerado en los años recientes, según el produrador David Morales, contempla el derecho de los partidos políticos en vigilar la elaboración, organización, publicación, y actualización del registro electoral.
La abogada y política colombiana, Piedad Córdoba, quien acompañó estos comicios como observadora internacional, aseguró que el proceso electoral salvadoreño en sentido general puede ser un referente para su país enfrascado en un diálogo de paz.
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