Por: Walter Raudales
Hmberto Eco y Jean-Claude Carriére son dos académico eruditos que pueden hablar con propiedad sobre el futuro del libro. Eco, italiano, es célebre por su novela “El nombre de la rosa”, actualmente es titular de la cátedra de semiótica y Director de la Escuela Superior de Estudios Humanísticos de la Universidad de Bolonia. Y Carriére, es uno de los guionistas y dramaturgos europeos más reconocidos, colaborador de Luis Buñuel con quien escribió: “El discreto encanto de la burguesía” y autor de guiones de películas como “El tambor de Hojalata” y “Cyrano de Bergerac”.
En este ensayo: “Nadie acabará con los libros”, lo hacen de tal forma que es un deleite su lectura. Es un ensayo elaborado en forma de entrevista, una plática amena que deja claro que lectores ha habido desde hace mucho tiempo y hoy siguen y seguirán leyendo. La gente jamás dejará de impactarse ante una buena novela, un poema, ensayo o echarle un vistazo a libros ilustrados o de cualquier tipo; lo que sí está cambiando son los soportes o plataformas en donde podemos leer con las nuevas tecnologías y sostienen que vendrán más cambios.
El libro ha venido cambiando desde sus orígenes cuando surgió el papiro y en otras culturas el códice, en pieles, y luego evolucionó al papel y después, dado el descubrimiento de la imprenta de Gutenberg, el libro se volvió accesible a muchas personas, sobretodo en ambientes cultos. La invención de la imprenta significó una gran revolución. Es imposible concebir la Reforma protestante y la difusión de la Biblia sin la ayuda de la imprenta. En el siglo XVI, existió un librero de nombre Aldo Manuzio que tuvo la genial idea de imprimir libros de bolsillo, fáciles de transportar.
Hoy en día hay novedosos soportes como los multimedias en donde podes leer-escuchar un libro en audio, leerlo en la pantalla de tu computadora, en tableta, o teléfono. Están surgiendo inimaginables formas de lectura, pero el libro, entendido como la construcción del texto, jamás desaparecerá, incluso el libro impreso en papel seguirá coexistiendo con esos nuevos soportes. Así como sobrevivió el teatro al cine, el cine a la televisión. Sin embargo la computadora con esa enorme capacidad de almacenamiento en gigas tiene que necesitar energía y conectarse después de un par de horas a un enchufle eléctrico. El libro impreso no tiene ese problema. Dice Umberto Eco que el libro es como la rueda. Una vez inventado, no se puede hacer nada mejor.
“¿Acaso las películas han matado a los cuadros (pinturas)?, ¿o la televisión al cine? Bienvenidos sean, pues, los soportes y los periféricos que nos aseguran el acceso, a través de una simple pantalla, a la biblioteca universal ya digitalizada”. Así dice el prólogo en donde nos introduce a esta charla de dos consumados lectores y quienes comparten su conocimiento de este tema.
Dicen: “El ser humano es una criatura verdaderamente extraordinaria. Ha descubierto el fuego, edificado ciudades, escrito magníficas poesías, dado interpretaciones del mundo, inventado mitologías. Pero al mismo tiempo no ha dejado de hacer la guerra a sus semejantes, no ha dejado de engañarse, de destruir el ambiente que le rodea. Es una criatura que es a medias genial y a medias imbécil”.
Este ensayo en forma de diálogo entre Eco y Carriére lo deja a uno pensando no sólo en el futuro del libro, sino en la vida misma. Un hilo conductor de lo que sostienen es que el futuro es imprevisible y que el presente ha entrado en una metamorfosis continua, y que el pasado que se consideraba centro de las referencias está en cuestión. Pero mucho de lo que sabemos y lo que conocemos, casi mucho de nuestra cultura pasa por el libro.
Me llama la atención la diferencia que hacen entre saber y conocimiento: “El saber es aquello con lo que cargamos y a menudo no nos resulta útil. El conocimiento es la transformación de un saber en una experiencia de vida. (…) En este sentido (ante el aparecimiento de nuevas máquinas) sólo nos queda el conocimiento - ¡qué consuelo! La inteligencia”.
Quisiera extenderme más y contarles en esta reseña los libros consentidos de estos dos autores, cuáles ellos consideran los mejores y los peores libros de la historia. Pero será en otra ocasión. Si tienen acceso a este libro léanlo les abrirá la mente y el conocimiento, sin duda.
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