El obispo auxiliar de San Salvador, Monseñor Gregorio Rosa Chávez, aseguró que la solución del problema de la inseguridad en el país pasa por construir familias en armonía y fomentar una cultura de paz. Aseguró que es en la base donde hay que comenzar el trabajo para enfrentar el flagelo que actualmente deja más de 20 muertes diarias y en lo cual tiene mucha incidencia las políticas públicas.
El prelado, en entrevista con un canal de la televisión local, subrayó que la esperanza es posible y no es una utopía.
Rosa Chávez quien es miembro del Consejo Nacional de Seguridad Ciudadana y Convivencia creado el pasado año por el gobierno de Salvador Sánchez Cerén para buscar soluciones al tema de la violencia, explicó que la realidad del país obliga a una nueva lectura.
"Falta que seamos instrumentos de paz. Nuestro país siempre renace de las cenizas, pero todos debemos ser actores", recalcó al referirse a la importancia de la participación de toda la ciudadanía para erradicar el flagelo.
Sobre esa misma base, el subdirector de la Policía Nacional Civil (PNC), Howard Cotto, explicó en otra entrevista matutina que "no se puede solucionar el problema de la violencia bajo el concepto que la policía trabaje y el resto solo sea un espectador".
"Hay que reconocer el esfuerzo que hacen los policías para proteger a las personas () el trabajo debería tener el apoyo de políticos y medios de comunicación", remarcó.
La PNC cuenta con 28 mil miembros, 23 de carrera y cinco mil administrativos en diferentes áreas, y aunque requiere un poco más de personal, en realidad lo más importante es la calificación, ámbito en el cual se trabaja, detalló
Resaltó los cursos de calificación en la Academia de Seguridad y la preparación del personal de las distintas áreas de investigación.
Por otra parte explicó que en el primer semestre del año la PNC detuvo a mil 200 personas por homicidio, sin embrago consideró que hay que reflexionar sobre lo preventivo porque El Salvador tiene los más altos niveles de encarcelamiento (35 mil) de la región.
Una escalada de violencia obligó la víspera a la PNC a suspender las licencias y descanso de sus miembros para desarrollar acciones con eficacia contra estructuras criminales.
La medida tiene el propósito de contar con la mayor cantidad de personal policial para desarrollar con eficacia las acciones operativas que se le ordenen y que las diferentes dependencias policiales dispongan de todos los recursos necesarios, en caso de que se le requiera proporcionar apoyo en cualquier situación.
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