jueves, 23 de julio de 2015

Prudencia Ayala la primera mujer candidata a la presidencia de la República



 Prudencia Ayala la primera mujer candidata a la presidencia de la República
En este mes de julio, Doña Prudencia Ayala cumplió 79 años de haber fallecido el 11 de julio de 1936. Doña Prudencia fue la primera en defender los derechos de la mujer y en 1930 decidió presentarse como candidata de la presidencia de la República, pero la Constitución de la República no permitía los derechos políticos de la mujer y por eso, ante el atrevimiento de Doña Prudencia Ayala, muchos la calificaban de loca y la Corte Suprema de ese entonces, declaró ilegal la ambición de doña Prudencia de ser candidata de la República.

Esta mujer a quien la historia la califica de heroína, ante el machismo político de los hombres de esa época y ante esa valentía, el mismo presidente de la República- en 1950- el Coronel Oscar Osorio autorizó que dentro de la Constitución de la República se permitieran los derechos políticos de la Mujer y que pudieran votar en las elecciones. ¿Pero quién fue Doña Prudencia Ayala que inició los derechos de la mujer y que murió a los 51 años?

Prudencia Ayala nació en Sonzacate, 28 de abril de 1885, murió el 11 de julio de 1936 fue una escritora y activista social salvadoreña, que luchó por el reconocimiento de los derechos de la mujer en El Salvador. Provenía de una familia de origen indígena, sus padres fueron Aurelia Ayala y Vicente Chief. Cuando contaba con diez años de edad, se trasladó a la ciudad de Santa Ana, donde comenzó sus estudios primarios en el colegio de la profesora María Luisa de Cristofine, los cuales nunca pudo concluir debido a la falta de recursos económicos en su familia, por lo que desarrolló una formación autodidacta.

Aprendió el oficio de costurera y lo ejerció paralelo a sus futuras actividades. Aseguraba que tenía la capacidad de predecir el futuro mediante revelaciones de “voces misteriosas”, lo cual desde luego, le daba relevancia entre sus allegados, permitiéndole ganar fama y reconocimiento pese a una improbable verdad de sus predicciones. Dicha afirmación provocó, además, críticas y burlas por parte de algunos grupos sociales.

Sus predicciones fueron publicadas en los periódicos de Santa Ana, donde la empiezan a llamar “la Sibila santaneca”. En 1914 pronosticó la caída del káiser de Alemania y la entrada de los Estados Unidos en la guerra. De ahí en adelante, su nombre tomaría realce por sus planteamientos feministas y lo esotérico de su figura.
A partir de 1913 comenzó a publicar artículos de opi-nión en el Diario de Occidente, periódico que circulaba en la región occidental, donde se manifestó partidaria del antiimperialismo, el feminismo y el unionismo centroamericano, además de expresar su rechazo a la invasión norteamericana de Nicaragua. También publicó poemas en varios periódicos del país.

En 1919 fue encarcelada por criticar en una de sus columnas, al alcalde de Atiquizaya y luego, en Guatemala, fue encarcelada varios meses por acusaciones de colaborar con la planificación de un golpe de Estado. En 1921 publicó el libro “Escible. Aventuras de un viaje a Guatemala” donde narraba su viaje a ese país en los últimos meses del gobierno dictatorial de Manuel Estrada Cabrera. Además publicó los libros “Inmortal, amores de loca” (1925) y “Fumaba mota” (1928). A finales de la década de los años 1920, fundó y dirigió el periódico Redención femenina, donde expresó su postura en defensa de los derechos ciudadanos de las mujeres.

En 1930, intentó postularse como candidata a la presidencia de la república, a pesar de que la legislación no reconocía el derecho al sufragio femenino. Su plataforma de gobierno incluía el apoyo a los sindicatos, la honradez y transparencia en la administración pública, la limitación de la distribución y consumo del aguardiente, el respeto por la libertad de cultos y el reconocimiento de los “hijos ilegítimos” (hijos fuera del matrimonio). Se inició un debate público de argumentos jurídicos y políticos a favor y en contra de su pretensión. Uno de los defensores de su candidatura fue el filósofo, maestro, escritor y diputado Alberto Masferrer, quien escribió en el periódico Patria:
“Prudencia Ayala defiende una causa justa y noble, cual es el derecho de la mujer a ser elector y ocupar altos puestos. Su programa de gobierno no es inferior en cla-ridad, sentido práctico y sencillez, al de otros candidatos que se toman en serio”.

Su solicitud de postularse como candidata a la presidencia de la república, fue rechazada por la Corte Suprema de Justicia, pero el debate que siguió a su intento de postulación, dio impulso al movimiento femenino que permitió que en la Constitución de 1950, bajo la aprobación del presidente Óscar Osorio, se diera reconocimiento legal a los derechos de la mujer en El Salvador.
Sufrió muchas humillaciones y varias veces fue encarcelada se le conocía como “prudencia la loca” si bien es cierto en su momento no se le supo reconocer ha pasado mucho tiempo desde que aquella mujer de piel morena y ojos grandes escandalizó a la sociedad netamente machista pero de seguro con su bastón de madera abrió el camino de la historia para anunciar la igualdad de derechos de la mujer”

En el centro de San Salvador, cerca de la Catedral Me-tropolitana, se encuentra una plaza de pequeño tamaño con el nombre de Ayala. En el sitio hay una placa que reza: Prudencia Ayala, salvadoreña de sangre indígena, precursora de la lucha por los derechos humanos de la mujer.

Finalmente, durante su vida, sobresalió por tener un verdadero liderazgo y en corto tiempo se ubicó como una luchadora y defensora de los derechos cívicos de la mujer salvadoreña. Su oposición a la desigualdad entre hombre y mujeres le salía del interior, tanto que a sus 16 años escribió “no todos los hombres titulados llevan bastón. Yo lo llevaré como insignia de valor en el combate contra los ingratos que adversan mi amor, mi ideal, la vida que llevo”.

 Muy joven muestra un especial talento hacia la li-teratura y su lucha por los derechos de la mujer. Bajo el seudónimo de “Esperanza de la Espiga”, escribió y publicó en el Diario de Occidente los libros “Inmortal, Amores de Loca”, en 1925 y “Payaso Literario en Combate” en 1928.

Prudencia Ayala es considerada como la primera líder política de El Salvador. En honor a su visión reivindicativa de los derechos de la mujer, el 6 de marzo de 2003 la Alcaldía de San Salvador nombró a la 4ª Avenida Norte y Sur con el nombre de Prudencia Ayala por ser una mujer visionaria que marcó el camino de sus reivindicaciones en este siglo. Esta calle comprende la 9ª calle oriente hasta el bulevar Venezuela.
Durante el levantamiento campesino y de Farabundo Martí de 1932 no hay informes que Doña Prudencia se haya involucrado en la lucha pero colaboró con la revolución.

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