El enfrentamiento a la violencia recrudecida en los
últimos meses, de acuerdo con las estadísticas, es el tema más
preocupante, mediático y de mayor tensión en El Salvador, cuyas causas
la rodean varias hipótesis.
El repunte de los
homicidios que llegaron a 20 diarios comenzó previo al primer
aniversario de la llegada a la presidencia de Salvador Sánchez Cerén,
uno de los líderes históricos del Frente Farabundo Martí para la
Liberación Nacional (FMLN).
Algo similar ocurrió en
mayo de 2014, con un aumento repentino de asesinatos, justo cuando el
expresidente Mauricio Funes concluía su mandato con saldos positivos en
la reducción de la violencia.
Para el obispo auxiliar de San Salvador, Gregorio Rosa Chávez, los asesinatos ocurridos en los meses recientes “no son cifras inocentes, pueden ser inducidas”.
En su opinión, “hay mecanismos diabólicos en El Salvador, no de ahora, sino de hace muchísimo tiempo, en el que uno puede hacer subir o bajar las estadísticas, basta con un escuadrón de la muerte, basta con un escuadrón de limpie-za social”.
Para el obispo auxiliar de San Salvador, Gregorio Rosa Chávez, los asesinatos ocurridos en los meses recientes “no son cifras inocentes, pueden ser inducidas”.
En su opinión, “hay mecanismos diabólicos en El Salvador, no de ahora, sino de hace muchísimo tiempo, en el que uno puede hacer subir o bajar las estadísticas, basta con un escuadrón de la muerte, basta con un escuadrón de limpie-za social”.
Sin acusar directamente a alguien, el obispo recalcó que “en ciertos momentos les interesa crear ese clima de total ingobernabilidad, de total caos y no importa que eso cueste vidas humanas”.
Este martes, el Procurador para la Defensa de los Derechos Humanos, David Morales, advirtió que la ola de violencia que afecta el país podría estar motivada por intereses oscuros promovidos por grupos de poder.
El defensor de los derechos humanos expresó que es alarmante la situación de la violencia a la que han sometido al país las estructuras criminales y resaltó que las autoridades desarrollan acciones para detener la ola de criminalidad y mejorar el clima de seguridad para los salvadoreños.
Morales manifestó su preocupación por que esta situación sea motivada por intereses oscuros y de desestabilización del gobierno.
Exteriorizó su abominación “por los homicidios que se están llevando a cabo en nuestro país, contra diferentes funcionarios, políticos, policías y militares”.
Y es que en lo que va de año, 29 policías y 13 militares han muerto asesinados, y también han sido blanco de la criminalidad al menos cinco militantes o personas simpatizantes con el FMLN.
El domingo último, dos soldados fueron asesinados en esta capital por presuntos pandilleros, en un ataque evidentemente planificado, de acuerdo con la descripción de la PNC.
Según el diputado del FMLN Misael Mejía, exmilitares podrían estar adiestrando a estos grupos criminales, por el tipo de estrategias y tácticas que están utilizando.
Subrayó que los pandilleros, a quienes se les atribuye la mayor parte de los hechos de violencia, “tienen entre sus miembros de seguro algunos exmiembros del ejército y probablemente conozcan la utilización de otras dinámicas”.
“Nosotros lo que esperaríamos es que detrás de esto no haya intenciones de elevar las cifras de homicidios para querer hacer fracasar al gobierno”, remarcó.
En su opinión los ataques contra militares, policías y militantes del partido de gobierno, corresponden a la efectividad de las autoridades contra el crimen.
Mejía alertó que hay sectores que se encargan de bloquear las acciones del gobierno en temas de seguridad, y que no reconocen los avances y el combate frontal que se está haciendo para llevar tranquilidad a la población.
El Presidente Sánchez Cerén, al presentar el pasado 1 de junio el informe sobre su primer año de gestión recalcó que el gobierno comparte la profunda preocupación generada por la violencia.
Aseguró que no es una tarea fácil y que existen causas históricas, sociales y económicas que generan este proble-ma, pero con la visión de trabajar todos unidos y sentar la base para la erradicación de ese flagelo su administración creó el Consejo de Seguridad Ciudadana y Convivencia.
En esa instancia participan empresa privada, alcaldías, iglesias, organizaciones sociales e instituciones del Estado y cuenta con la asistencia técnica de Naciones Unidas, la Organización de Estados Americanos y la Unión Europea.
“Fruto de este Consejo es el Plan El Salvador Seguro, que estamos implementando en 10 de los 50 municipios con mayores niveles de violencia”, indicó el mandatario.
Resaltó, entre otras medidas, la aprobación de normativas que fortalecen la lucha contra la delincuencia y el fortalecimiento del Sistema de Investigación Criminal mediante el cual las autoridades han combatido a más de 200 estructuras de pandillas y detenido a más de 10 mil de sus miembros.
Comentó la reestructuración del sistema carcelario trasladando a más de dos mil 300 reos a diferentes centros penitenciarios y a delincuentes de alta peligrosidad al penal de máxima seguridad en Zacatecoluca, departamento de La Paz.
Explicó que el plan de rehabilitación y reinserción integró a ocho mil 600 privados de libertad al programa Yo Cambio, que busca alejarlos del camino de la delincuencia.
Destacó el trabajo de la Policía Nacional Civil bajo la filosofía de Policía Comunitaria, que abarca el 90 por ciento del territorio nacional y ponderó la disposición permanente y despliegue de la Fuerza Armada en apoyo a tareas de seguridad pública.
“El Plan trazado está siendo efectivo. Con el apoyo de toda la sociedad pronto obtendremos buenos resultados”, aseguró el jefe de Estado.
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