jueves, 29 de octubre de 2015

Sindicalismo



El proceso de lucha de clases en el marco de una realidad neoliberal dentro de lo sindical, nos invita a expresarnos en el marco de la coyuntura que plantea el próximo 31 de octubre, DÍA DE LA PERSONA SINDICALISTA. La importancia que se deriva es por la conmemoración de la memoria histórica sobre los niveles de represión política-militar vividos en la época del proceso revolucionario salvadoreño (1970-1992).

En aquella recordación nos ubicamos en el acto represivo en el local de la federación sindical FENASTRAS, por parte del régimen militarista del país si, de todos esos cuerpos de seguridad represivos, soldados y grupos para militares al servicio de la oligarquía, que reprimieron al pueblo defendiendo los intereses económicos de las clases dominantes, y que fueron sistemáticos en la represión hacia los sectores sindicales incorporados al proceso de transformación política y económico-social por la vía de la insurrección armada.

El evento luego de la guerra ha significado una ventana de reflexión permanente sobre el compromiso de los sectores sindicales hacia los cambios y el proyecto político de transformación económica, democrática y de justicia social. En ese acto infame y desde todo punto de vista, implicó un deterioro del régimen militarista, en tanto que la bomba fue colocada con total impunidad en el local sindical en construcción cercano al cuartel de policía y en una acción que pretendía acelerar el terrorismo de Estado.
Los sectores sindicales rememoran esa fecha hoy  para buscar identidad y reconocimiento dentro de la historia salvadoreña, algo que le defina un valor indiscutible como movimiento sindical en la lucha social por una sociedad salvadoreña de bienestar y desarrollo humano.
Queremos rescatar de esa fecha histórica, en primer término, el claro sacrificio de importantes y nobles vidas de personas sindicalistas que fueron masacradas por el atentado dinamitero hoy se pone en duda esa contribución de cuota de sangre al proceso revolucionario de El Salvador a partir de políticas económicas como el asocio por el crecimiento; los asocios público-privados; la falta de transparencia en el proceso de debate del tema de pensiones; la debilidad adrede en el mejoramiento sustancial de la interlocución tripartita democrática, participativa, justa y transparente con los intereses del capital y del gobierno.

Hay condicionamientos foráneos, que atan la liberación y emancipación de los intereses dominantes, la alianza por la prosperidad; la intención de desaparecer el INPEP y la UPISSS faltando a principios de solidaridad, equidad, igualdad en pro de pensiones dignas, de protección social efectiva a la clase trabajadora que sigue poniendo los sacrificios para que el país sea productivo. El diálogo de sordos en muchas instituciones públicas con los representantes legítimos de la clase trabajadora, que conduce a un problema de violaciones a libertades sindicales, a derechos humanos fundamentales, a deterioros acelerados en las relaciones laborales.

Somos del criterio que el Consejo Nacional Laboral se le debe dar legalidad y fortaleza, manifestando más voluntad política de los funcionarios que la dirigen; y no tenerlo como algo eventual cuando las conveniencias presionan y se quiere hablar con la clase trabajadora. Los vientos que soplan es que no hay una interlocución abierta y transparente, así como informada; “El Salvador productivo”, que pudiera ser la ruta con las personas trabajadoras y sus representantes legítimos los sindicatos no obstante no hay claridad sobre los detalles que se entremezclan, los objetivos, metas y mucho menos las acciones que se piensan realizar; que en mucho de ellas estarán inmersos los problemas laborales que siguen sin representar radicalmente mejoramientos hacia trabajos decentes, hacia políticas de empleo y de salario que mejoren los ingresos de las personas trabajadoras.
La fecha 31 de octubre, mantiene una tendencia a que el movimiento sindical, sigue privado y pesa el estigma anti-sindical: el Secretario Técnico, declaró que la ley de la función pública, no es anti sindical; pero su reactivación deja fuera los intereses de la clase trabajadora, se impulsan diplomados para iniciar el Instituto de Formación Pública, y la cooperación para ello está sesgada a una relación con el gobierno, sin profundizar sobre la participación plena de los estamentos sindicales, que con sus contradicciones internas se mantienen deslegitimando el esfuerzo gubernamental sobre la idea de mejorar los servicios públicos con la profesionalización de los servidores públicos.

Hay una excesiva politización o distorsionada relación sindicato y partido, y se trabaja en mayor autonomía sindical, en mucho la fecha de conmemoración de la persona sindicalista, nos da la fuerza para pensar que una imagen fortalecida se necesita para reorientar la causa sindical.
La administración del trabajo se ve presionada sobre qué directrices seguir si las gubernamentales o las partidarias, la cuestión es que no acompaña políticamente el diálogo y la interlocución política junto a los sindicatos con una agenda prioritaria y, hay débiles lazos de interlocución para empujar directrices como la política de empleo nacional, la formación profesional, el diálogo social en las espacios tripartitos, las mejoras en la resolución alterna de conflictos; a la inspección laboral, a los registros, bases de datos, controles que mejoren la relación de no injerencia de la autonomía sindical .

La fecha es propicia para un mensaje a la clase trabajadora, necesitamos más institucionalidad, espacios de interlocución con el gobierno y el capital no son reconocidos, vivimos en sociedades en donde el sindicalismo como institución democrática es vista fuera del contexto del debate el tema de pensiones es un buen ejemplo, siendo los fondos propiedad de las personas trabajadoras, la injerencia partidaria, gubernamental y empleadora, quiere predominar en el tema, sin tomar en cuenta los intereses de aquéllos.
En el Día de la persona sindicalista, felicitaciones, queremos un movimiento sindical que opine, y mucho en espacios políticos, económicos, sociales, culturales, medio ambientales, mejorar la fuerza de su opinión y planteamiento ante la sociedad, en su rol de interlocución por un trabajo notable, ser un movimiento con conocimientos, habilidades, actitudes, que eleven sus competencias.

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