Krzyszof
Charamsa anuncia su homosexualidad en la prensa, a la vigilia del
inicio del Sínodo de los Obispos sobre la familia; pero esta no es la
única crisis que provoca el clérigo polaco. El antecedente en España.
Acaba
de convertirse en noticia a la víspera del Sínodo de los Obispos sobre
la familia. Krzyszof Olaf Charamsa, teólogo de la Congregación para la
Doctrina de la Fe y secretario adjunto de la Comisión Teológica
Internacional, “salió del clóset” reconociendo su homosexualidad. La
Santa Sede reaccionó calificando el hecho de “grave” e “irresponsable”.
Pero el clérigo polaco tiene antecedentes de declaraciones polémicas. En
España desató una crisis al apoyar la autonomía de Cataluña, justo
cuando ese tema es uno de los más grandes dolores de cabeza del país.
Con diversas entrevistas, aparecidas en Polonia e Italia, Charamsa (de 43 años) dio a conocer a una platea mundial su situación e incluso confirmó que tiene una pareja. “Sé que tendré que renunciar a mi ministerio, aunque es toda mi vida”, reconoció. Y no se equivocaba, porque inmediatamente el portavoz vaticano Federico Lombardi emitió –la mañana de este sábado- una comunicación en la cual estableció que el teólogo quedó afuera de sus responsabilidades vaticanas.
“Acerca de las declaraciones y entrevistas concedidas por monseñor Krzystof Charamsa cabe señalar que - a pesar del respeto que merecen los hechos y circunstancias personales y las reflexiones sobre ellos - la elección de declarar algo tan clamoroso en la víspera de la apertura de Sínodo resulta muy grave y no responsable, ya que apunta a someter a la Asamblea sinodal a una presión mediática injustificada”, indicó.
Y agregó: “Ciertamente, monseñor Charamsa no podrá seguir desempeñando las tareas precedentes en la Congregación para la Doctrina de la Fe y las universidades pontificias, mientras que los otros aspectos de su situación competen a su Ordinario diocesano”.
¿A qué se refería exactamente Lombardi? A una improvisada conferencia de prensa que el propio clérigo (nacido en la localidad polaca de Gdynia) convocó para este sábado justo frente al edificio de la Doctrina de la Fe, su ex lugar de trabajo. Incluso pidió a los convocados “mantener el embargo”, no hacer pública la cita hasta su realización. Según lo previsto tenía la intención no sólo de reafirmar su homosexualidad, sino también de cargar contra el Sínodo de los Obispos que inicia este domingo 4 de octubre por “obstaculizar la integración de los gay en la Iglesia”.
Pero no es el primer escándalo causado por, Charamsa en estas semanas. En el pasado mes de septiembre viajó a España y concedió una entrevista en Catalunya Ràdio en la cual sostuvo que “la Doctrina Social de la Iglesia católica defiende el derecho a la autodeterminación de los pueblos como parte de los derechos del hombre”. Una declaración que podría haber pasado desapercibida si no fuese porque con ella se respondió a una pregunta sobre la autonomía de Cataluña.
Además abundó: “El más importante derecho de las naciones es el de la independencia. La paz depende de los derechos del hombre y también de observar los derechos de las naciones. El derecho a la autodeterminación es previo al orden jurídico y constitucional”.
La respuesta del clérigo polaco llegó algunos días antes de las elecciones catalanas del 27 de septiembre, teñidas –como todas allí- por la disputa independentista. Tanto en ambientes mediáticos como en sectores eclesiales, los dichos de Charamsa fueron interpretados como un “guiño” de la Santa Sede a la autonomía de la región y provocó una encendida polémica de ribetes diplomáticos.
Ahora, su “salida del clóset” coincide con una serie de iniciativas de colectivos gay a las puertas del Sínodo. Este viernes 2 de octubre, a unos pasos de la Plaza de San Pedro, tuvo lugar la conferencia “Viviendo la verdad del amor”. En el encuentro participaron los cardenales Robert Sarah y Cardinal George Pell, prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos y Secretario de Economía del Vaticano respectivamente. También contó con los testimonios de varios homosexuales que viven con esa tendencia pero no la practican.
La contraparte parece ser el encuentro “Caminos de amor”, previsto para este sábado 3 de octubre y que cuenta con la presencia de la ex presidente de la República de Irlanda, Mary McAleese. Según los organizadores, la reunión busca exponer “voces, testimonios y propuestas de líderes pastorales católicos provenientes de todo el mundo para demostrar que aproximación pastoral sea mejor de la ideológica con el fin de promover relaciones pacíficas y fructíferas con las personas LGTB en la vida cotidiana de las comunidades católicas”.
Apenas en estos días, sobre todo en Estados Unidos, se desató una controversia sobre el significado verdadero del breve saludo en Washington (el 23 de septiembre) del Papa a la funcionaria del gobierno Kim Davis, arrestada por no cumplir una orden judicial que la obligaba a firmar actas de matrimonio a uniones de homosexuales. Finalmente el portavoz Lombardi aclaró que aquel fue sólo un saludo de cortesía y que no significó un apoyo público al caso, en todos sus complejos detalles.
Pero el intento de instrumentalizar el saludo a Davis tuvo un giro imprevisto este mismo viernes 2, cuando el Vaticano confirmó que la única audiencia privada que concedió el pontífice en la Unión Americana fue a un antiguo alumno suyo, Yayo Grassi, a quien conoce desde 1964. Desde entonces, estudiante y maestro mantuvieron contacto. Y se vieron en diversas ocasiones, sea en Argentina, sea en Roma con Bergoglio ya como Papa. Sin importar la condición sexual de Grassi, que es gay y tiene pareja. Porque de la misma manera que con Davis, la reunión con el antiguo alumno y sus amistades no tiene ningún valor concreto más allá del encuentro cordial con un amigo de vieja data.
Con diversas entrevistas, aparecidas en Polonia e Italia, Charamsa (de 43 años) dio a conocer a una platea mundial su situación e incluso confirmó que tiene una pareja. “Sé que tendré que renunciar a mi ministerio, aunque es toda mi vida”, reconoció. Y no se equivocaba, porque inmediatamente el portavoz vaticano Federico Lombardi emitió –la mañana de este sábado- una comunicación en la cual estableció que el teólogo quedó afuera de sus responsabilidades vaticanas.
“Acerca de las declaraciones y entrevistas concedidas por monseñor Krzystof Charamsa cabe señalar que - a pesar del respeto que merecen los hechos y circunstancias personales y las reflexiones sobre ellos - la elección de declarar algo tan clamoroso en la víspera de la apertura de Sínodo resulta muy grave y no responsable, ya que apunta a someter a la Asamblea sinodal a una presión mediática injustificada”, indicó.
Y agregó: “Ciertamente, monseñor Charamsa no podrá seguir desempeñando las tareas precedentes en la Congregación para la Doctrina de la Fe y las universidades pontificias, mientras que los otros aspectos de su situación competen a su Ordinario diocesano”.
¿A qué se refería exactamente Lombardi? A una improvisada conferencia de prensa que el propio clérigo (nacido en la localidad polaca de Gdynia) convocó para este sábado justo frente al edificio de la Doctrina de la Fe, su ex lugar de trabajo. Incluso pidió a los convocados “mantener el embargo”, no hacer pública la cita hasta su realización. Según lo previsto tenía la intención no sólo de reafirmar su homosexualidad, sino también de cargar contra el Sínodo de los Obispos que inicia este domingo 4 de octubre por “obstaculizar la integración de los gay en la Iglesia”.
Pero no es el primer escándalo causado por, Charamsa en estas semanas. En el pasado mes de septiembre viajó a España y concedió una entrevista en Catalunya Ràdio en la cual sostuvo que “la Doctrina Social de la Iglesia católica defiende el derecho a la autodeterminación de los pueblos como parte de los derechos del hombre”. Una declaración que podría haber pasado desapercibida si no fuese porque con ella se respondió a una pregunta sobre la autonomía de Cataluña.
Además abundó: “El más importante derecho de las naciones es el de la independencia. La paz depende de los derechos del hombre y también de observar los derechos de las naciones. El derecho a la autodeterminación es previo al orden jurídico y constitucional”.
La respuesta del clérigo polaco llegó algunos días antes de las elecciones catalanas del 27 de septiembre, teñidas –como todas allí- por la disputa independentista. Tanto en ambientes mediáticos como en sectores eclesiales, los dichos de Charamsa fueron interpretados como un “guiño” de la Santa Sede a la autonomía de la región y provocó una encendida polémica de ribetes diplomáticos.
Ahora, su “salida del clóset” coincide con una serie de iniciativas de colectivos gay a las puertas del Sínodo. Este viernes 2 de octubre, a unos pasos de la Plaza de San Pedro, tuvo lugar la conferencia “Viviendo la verdad del amor”. En el encuentro participaron los cardenales Robert Sarah y Cardinal George Pell, prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos y Secretario de Economía del Vaticano respectivamente. También contó con los testimonios de varios homosexuales que viven con esa tendencia pero no la practican.
La contraparte parece ser el encuentro “Caminos de amor”, previsto para este sábado 3 de octubre y que cuenta con la presencia de la ex presidente de la República de Irlanda, Mary McAleese. Según los organizadores, la reunión busca exponer “voces, testimonios y propuestas de líderes pastorales católicos provenientes de todo el mundo para demostrar que aproximación pastoral sea mejor de la ideológica con el fin de promover relaciones pacíficas y fructíferas con las personas LGTB en la vida cotidiana de las comunidades católicas”.
Apenas en estos días, sobre todo en Estados Unidos, se desató una controversia sobre el significado verdadero del breve saludo en Washington (el 23 de septiembre) del Papa a la funcionaria del gobierno Kim Davis, arrestada por no cumplir una orden judicial que la obligaba a firmar actas de matrimonio a uniones de homosexuales. Finalmente el portavoz Lombardi aclaró que aquel fue sólo un saludo de cortesía y que no significó un apoyo público al caso, en todos sus complejos detalles.
Pero el intento de instrumentalizar el saludo a Davis tuvo un giro imprevisto este mismo viernes 2, cuando el Vaticano confirmó que la única audiencia privada que concedió el pontífice en la Unión Americana fue a un antiguo alumno suyo, Yayo Grassi, a quien conoce desde 1964. Desde entonces, estudiante y maestro mantuvieron contacto. Y se vieron en diversas ocasiones, sea en Argentina, sea en Roma con Bergoglio ya como Papa. Sin importar la condición sexual de Grassi, que es gay y tiene pareja. Porque de la misma manera que con Davis, la reunión con el antiguo alumno y sus amistades no tiene ningún valor concreto más allá del encuentro cordial con un amigo de vieja data.
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