Para Héctor Bernabé Recinos, un salvadoreño que sobrevivió a la prisión, las torturas y a la desaparición de su familia, "el Libro Amarillo es solo una pieza importante para ir descubriendo todas las atrocidades que aquí se cometieron".
En diálogo con Prensa Latina acerca de ese documento elaborado por el Estado Mayor Conjunto de la Fuerza Armada de El Salvador, Recinos considera que el texto puede ser "una buena base para iniciar todo un proceso y exigir conocer la verdad" sobre las violaciones a los derechos humanos y crímenes cometidos por los militares durante el conflicto armado (1980-1992).
El Libro Amarillo, publicado este 28 de septiembre a propósito del Día Internacional de Derecho al Saber, recoge en sus páginas los nombres de mil 915 ciudadanos salvadoreños considerados "terroristas delincuentes" por la Fuerza Armada durante los años 80.
En la lista aparece el del actual presidente, Salvador Sánchez Cerén, uno de los líderes históricos del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), así como de defensores de derechos humanos, dirigentes sindicales y figuras políticas.
Muchos de ellos sufrieron detenciones ilegales, tortura, ejecución extrajudicial, desaparición forzada y otras violaciones de los derechos humanos.
Recinos fue precisamente uno de esos hombres que se involucró en la lucha para hacerle frente a la represión y como secretario general de la Federación Nacional Sindical de Trabajadores Salvadoreños (Fenastras) no escatimó esfuerzos para cambiar la realidad del país.
Recuerda que en 1980, luego de provocar un apagón de 24 horas a nivel nacional, pues él provenía de la Comisión Ejecutiva Hidroeléctrica del Río Lempa, las autoridades comenzaron a descabezar al movimiento sindical.
"Nos capturaron, disolvieron el sindicato por decreto ejecutivo, y estuvimos cuatro años presos, etapa en que capturaron a mi esposa y mi hija, desparecidas hasta la fecha", rememoró.
"Ese es el dolor no solo mío, sino también de otros dirigentes", subrayó desde una sencilla pieza de la sede de la gremial docente Andes, en esta capital.
Sin embargo, ni la cárcel, ni las torturas, ni siquiera la desaparición de su esposa y su niña de 13 años amilanaron a Recinos, pues en su estado de encarcelamiento fue parte de la creación del Comité de Presos Políticos de El Salvador.
Al salir de prisión tuvo que irse del país, y entonces viaja a Cuba y Europa. Entra en 1988 de forma clandestina y sube al cerro Guazapa, un importante frente de guerra de la insurgencia, desde donde continuó coordinando las actividades de Fenastras que seguía en pie de lucha, hasta que volvió a salir del país.
En 1989 entró para la preparación de la Ofensiva de noviembre de ese año, hecho que demostró la capacidad militar del FMLN y condujo a los acuerdos políticos que pusieron fin a la guerra en 1992.
"El Libro Amarillo fue encontrado en una casa, no sabemos quién lo llevó", dijo Recinos al tiempo que destacó que en él "hay una evidencia de todo lo que hubo aquí de asesoría, entrenamiento, ayuda a la contrarrevolución, toda la implicación del gobierno estadounidense".
"El Libro Amarillo, enfatizó, no es nada más que una pieza importante para ir descubriendo todas las atrocidades que aquí se cometieron, fundamentalmente los crímenes, así como las formas de tortura que no son exclusivas de El Salvador sino que son parte de una política del imperio norteamericano."
Se trata del primer documento militar confidencial salvadoreño en hacerse público y la única prueba proveniente de los propios archivos del Ejército de este país sobre los métodos de vigilancia utilizados por las fuerzas de seguridad dirigidos a ciudadanos durante la guerra civil.
Ahora, fue publicado en Internet, junto con un análisis del mismo y documentos estadounidenses relacionados, a los cuales se les ha levantado el secreto oficial que los regía.
Fue posible gracias a la colaboración entre el Archivo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, el Centro de Derechos Humanos de la Universidad de Washington, y el Grupo de Análisis de Datos de Derechos Humanos.
Bajo la dirección de Patrick Ball, Director Ejecutivo del citado Grupo de Análisis de Datos, los investigadores cruzaron los nombres listados con cuatro bases de datos históricos de reportes de violaciones de derechos humanos recogidos durante el periodo 1980-1992.
Aproximadamente el 43 por ciento de los nombres incluidos dentro del Libro Amarillo corresponden con esas informaciones.
El informe completo del Grupo de Análisis de Datos de Derechos Humanos está incluido con esta publicación como anexo.
El documento había circulado antes de forma privada en El Salvador, y fue descrito en reportajes de la cadena noticiosa árabe al-Jazeera y el periódico La Jornada en 2012, pero sin análisis de su contenido y anexos como ahora.
Entre los casos individuales analizados están los de la académica y defensora de justicia social María Teresa Saballos, desaparecida en 1979; y el de nuestro entrevistado, el líder sindical Héctor Bernabé Recinos.
Además, el de Blanca América Recinos de Burgos, detenida y torturada en 1982 después de la detención en masa de otros miembros de la Asociación Nacional de Educadores Salvadoreños.
Hoy Recinos trabaja para que la verdad sobre las violaciones a los derechos humanos y los crímenes de lesa humanidad cometidos durante el conflicto armado sean sacados a la luz y las víctimas y familiares reciban reparación para lo cual -considera- debe ser depurado el sistema judicial salvadoreño.
Con ese espíritu de verdad, justicia y reparación también fue fundador del Comité de Expresas y Expresos Políticos de El Salvador.
Además, sigue en el esfuerzo por la construcción del movimiento social que ha propiciado fundar la Coordinadora Intergremial "Rafael Aguiñada Carranza", integrada por un amplio abanico de sectores con el objetivo de garantizar los cambios que requiere el país y nunca más volver a aquel pasado de terror.
El Libro Amarillo, publicado este 28 de septiembre a propósito del Día Internacional de Derecho al Saber, recoge en sus páginas los nombres de mil 915 ciudadanos salvadoreños considerados "terroristas delincuentes" por la Fuerza Armada durante los años 80.
En la lista aparece el del actual presidente, Salvador Sánchez Cerén, uno de los líderes históricos del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), así como de defensores de derechos humanos, dirigentes sindicales y figuras políticas.
Muchos de ellos sufrieron detenciones ilegales, tortura, ejecución extrajudicial, desaparición forzada y otras violaciones de los derechos humanos.
Recinos fue precisamente uno de esos hombres que se involucró en la lucha para hacerle frente a la represión y como secretario general de la Federación Nacional Sindical de Trabajadores Salvadoreños (Fenastras) no escatimó esfuerzos para cambiar la realidad del país.
Recuerda que en 1980, luego de provocar un apagón de 24 horas a nivel nacional, pues él provenía de la Comisión Ejecutiva Hidroeléctrica del Río Lempa, las autoridades comenzaron a descabezar al movimiento sindical.
"Nos capturaron, disolvieron el sindicato por decreto ejecutivo, y estuvimos cuatro años presos, etapa en que capturaron a mi esposa y mi hija, desparecidas hasta la fecha", rememoró.
"Ese es el dolor no solo mío, sino también de otros dirigentes", subrayó desde una sencilla pieza de la sede de la gremial docente Andes, en esta capital.
Sin embargo, ni la cárcel, ni las torturas, ni siquiera la desaparición de su esposa y su niña de 13 años amilanaron a Recinos, pues en su estado de encarcelamiento fue parte de la creación del Comité de Presos Políticos de El Salvador.
Al salir de prisión tuvo que irse del país, y entonces viaja a Cuba y Europa. Entra en 1988 de forma clandestina y sube al cerro Guazapa, un importante frente de guerra de la insurgencia, desde donde continuó coordinando las actividades de Fenastras que seguía en pie de lucha, hasta que volvió a salir del país.
En 1989 entró para la preparación de la Ofensiva de noviembre de ese año, hecho que demostró la capacidad militar del FMLN y condujo a los acuerdos políticos que pusieron fin a la guerra en 1992.
"El Libro Amarillo fue encontrado en una casa, no sabemos quién lo llevó", dijo Recinos al tiempo que destacó que en él "hay una evidencia de todo lo que hubo aquí de asesoría, entrenamiento, ayuda a la contrarrevolución, toda la implicación del gobierno estadounidense".
"El Libro Amarillo, enfatizó, no es nada más que una pieza importante para ir descubriendo todas las atrocidades que aquí se cometieron, fundamentalmente los crímenes, así como las formas de tortura que no son exclusivas de El Salvador sino que son parte de una política del imperio norteamericano."
Se trata del primer documento militar confidencial salvadoreño en hacerse público y la única prueba proveniente de los propios archivos del Ejército de este país sobre los métodos de vigilancia utilizados por las fuerzas de seguridad dirigidos a ciudadanos durante la guerra civil.
Ahora, fue publicado en Internet, junto con un análisis del mismo y documentos estadounidenses relacionados, a los cuales se les ha levantado el secreto oficial que los regía.
Fue posible gracias a la colaboración entre el Archivo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, el Centro de Derechos Humanos de la Universidad de Washington, y el Grupo de Análisis de Datos de Derechos Humanos.
Bajo la dirección de Patrick Ball, Director Ejecutivo del citado Grupo de Análisis de Datos, los investigadores cruzaron los nombres listados con cuatro bases de datos históricos de reportes de violaciones de derechos humanos recogidos durante el periodo 1980-1992.
Aproximadamente el 43 por ciento de los nombres incluidos dentro del Libro Amarillo corresponden con esas informaciones.
El informe completo del Grupo de Análisis de Datos de Derechos Humanos está incluido con esta publicación como anexo.
El documento había circulado antes de forma privada en El Salvador, y fue descrito en reportajes de la cadena noticiosa árabe al-Jazeera y el periódico La Jornada en 2012, pero sin análisis de su contenido y anexos como ahora.
Entre los casos individuales analizados están los de la académica y defensora de justicia social María Teresa Saballos, desaparecida en 1979; y el de nuestro entrevistado, el líder sindical Héctor Bernabé Recinos.
Además, el de Blanca América Recinos de Burgos, detenida y torturada en 1982 después de la detención en masa de otros miembros de la Asociación Nacional de Educadores Salvadoreños.
Hoy Recinos trabaja para que la verdad sobre las violaciones a los derechos humanos y los crímenes de lesa humanidad cometidos durante el conflicto armado sean sacados a la luz y las víctimas y familiares reciban reparación para lo cual -considera- debe ser depurado el sistema judicial salvadoreño.
Con ese espíritu de verdad, justicia y reparación también fue fundador del Comité de Expresas y Expresos Políticos de El Salvador.
Además, sigue en el esfuerzo por la construcción del movimiento social que ha propiciado fundar la Coordinadora Intergremial "Rafael Aguiñada Carranza", integrada por un amplio abanico de sectores con el objetivo de garantizar los cambios que requiere el país y nunca más volver a aquel pasado de terror.
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