Un silencio inquietante se tiende hoy sobre esta
franja palestina después de 18 días de bombardeos indiscriminados
israelíes que han masacrado a 867 personas, en su mayoría niños y
mujeres, según agencias de la ONU.
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Franceses marcharán por Palestina, pese a prohibición gubernamental
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París acoge reunión internacional para cese del fuego en Gaza
El acuerdo fue anunciado anoche, pero no implicó el
cese de los ataques por aire, mar y tierra que, como saldo provisorio,
habían dejado 67 muertos.
Los heridos por el fuego israelí se aproximan a los cinco mil, muchos de ellos en condición precaria con peligro para sus vidas.
Informes de medios nacionalistas significaron que el Ejército de Tel Aviv intensificó el fuego a la hora del iftar, cuando las familias se reúnen para romper el ayuno cotidiano durante el mes sagrado islámico de ramadán.
El anuncio del respiro siguió a una reunión matutina del gabinete de seguridad israelí que rechazó por unanimidad una propuesta de armisticio elaborada de consuno por los secretarios, de Estado norteamericano, John Kerry, y general de la ONU, Ban Ki-moon.
Medios castrenses israelíes, sin embargo, se encargaron de disipar las esperanzas de un cese de las masacres pues declararon que los bombardeos y la invasión proseguirán hasta destruir los túneles cavados por el movimiento islamista Hamas para burlar el bloqueo de ocho años a este territorio.
Kerry salió anoche de El Cairo después del anuncio del acuerdo de tregua, al parecer convencido de la futilidad de sus gestiones, atrapadas en la premisa inviolable de la protección de su Gobierno a Israel, no importa en qué circunstancias.
Esa conducta quedó de manifiesto en la protesta de la delegación estadounidense tras la reunión de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU que condenó los bombardeos y pidió una investigación de la conducta israelí.
En las últimas horas Turquía, que tiene relaciones con Israel, envió a su canciller, Ahmet Davutoglu, a entrevistarse con la dirección de Hamas en Doha, la capital de Qatar, sin que haya indicios del propósito de sus gestiones.
Las diferencias de Ankara con las actuales autoridades egipcias introduce un obstáculo en la búsqueda mancomunada de un acuerdo que obligue a Israel a detener su agresión masiva contra la franja.
El Gobierno turco tenía relaciones privilegiadas con el del ex presidente egipcio Mohamed Morsi, al que lo unía su orientación islamista, pero son crispadas con el del presidente Abdel Fattah El Sisi, quien lo depuso en su condición de Ministro de Defensa en julio del año pasado.
Egipto, que ha sido el mediador tradicional de los conflictos entre Hamas e Israel, presentó una propuesta de tregua la semana pasada, pero fue rechazada por los beligerantes.
Aunque los palestinos han sufrido las mayores pérdidas humanas, Israel se han visto obligado a admitir 32 bajas desde el inicio de la invasión la semana pasada, pero Hamas afirma que las bajas son superiores, cerca del medio centenar, pero son ocultadas para no afectar la moral de las tropas.
Los heridos por el fuego israelí se aproximan a los cinco mil, muchos de ellos en condición precaria con peligro para sus vidas.
Informes de medios nacionalistas significaron que el Ejército de Tel Aviv intensificó el fuego a la hora del iftar, cuando las familias se reúnen para romper el ayuno cotidiano durante el mes sagrado islámico de ramadán.
El anuncio del respiro siguió a una reunión matutina del gabinete de seguridad israelí que rechazó por unanimidad una propuesta de armisticio elaborada de consuno por los secretarios, de Estado norteamericano, John Kerry, y general de la ONU, Ban Ki-moon.
Medios castrenses israelíes, sin embargo, se encargaron de disipar las esperanzas de un cese de las masacres pues declararon que los bombardeos y la invasión proseguirán hasta destruir los túneles cavados por el movimiento islamista Hamas para burlar el bloqueo de ocho años a este territorio.
Kerry salió anoche de El Cairo después del anuncio del acuerdo de tregua, al parecer convencido de la futilidad de sus gestiones, atrapadas en la premisa inviolable de la protección de su Gobierno a Israel, no importa en qué circunstancias.
Esa conducta quedó de manifiesto en la protesta de la delegación estadounidense tras la reunión de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU que condenó los bombardeos y pidió una investigación de la conducta israelí.
En las últimas horas Turquía, que tiene relaciones con Israel, envió a su canciller, Ahmet Davutoglu, a entrevistarse con la dirección de Hamas en Doha, la capital de Qatar, sin que haya indicios del propósito de sus gestiones.
Las diferencias de Ankara con las actuales autoridades egipcias introduce un obstáculo en la búsqueda mancomunada de un acuerdo que obligue a Israel a detener su agresión masiva contra la franja.
El Gobierno turco tenía relaciones privilegiadas con el del ex presidente egipcio Mohamed Morsi, al que lo unía su orientación islamista, pero son crispadas con el del presidente Abdel Fattah El Sisi, quien lo depuso en su condición de Ministro de Defensa en julio del año pasado.
Egipto, que ha sido el mediador tradicional de los conflictos entre Hamas e Israel, presentó una propuesta de tregua la semana pasada, pero fue rechazada por los beligerantes.
Aunque los palestinos han sufrido las mayores pérdidas humanas, Israel se han visto obligado a admitir 32 bajas desde el inicio de la invasión la semana pasada, pero Hamas afirma que las bajas son superiores, cerca del medio centenar, pero son ocultadas para no afectar la moral de las tropas.
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