Los presidentes de El Salvador, Salvador Sánchez; de Guatemala, Otto
Pérez; y de Honduras, Juan Orlando Hernández, acudirán hoy a una reunión
con el estadounidense Barack Obama para tratar el tema de la niñez migrante.
- Presidente salvadoreño abogará por derechos de la niñez
- Obama evaluará crisis migratoria con presidentes de Centroamérica
En el encuentro, que tendrá lugar en Washington, los gobernantes
centroamericanos pretenden presentar al mandatario norteño una propuesta
tendente a alentar proyectos de desarrollo económico y de seguridad que desestimulen el flujo de personas desde esta región hacia territorio estadounidense.
Con la percepción de que la pobreza y la violencia son las principales causas del éxodo de miles de niños y adolescentes de estos países, los tres mandatarios centroamericanos podrían solicitar a Obama la aplicaciones de programas para combatir el narcotráfico y la delincuencia organizada.
También estaría incluido en ese pedido una ayuda Washington que permita generar una revitalización social y económica en esos países latinoamericanos.
La perspectiva de los presidentes de El Salvador, Honduras y Guatemala es que un plan de esa naturaleza posibilite impulsar proyectos de desarrollo local e infraestructura, para que las personas de esos países de origen encuentren oportunidades de empleo y mejoras en su subsistencia.
La agenda de los gobernantes de Centroamérica incluye la búsqueda de mayor respeto al debido proceso judicial migratorio en Estados Unidos para definir, conforme a la ley en ese país, si los infantes llegados sin acompañantes pueden quedarse.
Sánchez Cerén precisó que antes solicitaron a Estados Unidos que, en la medida de las posibilidades que otorgan las leyes, se respete el derecho a la reunificación de los menores de edad con sus familias.
Tanto el mandatario salvadoreño como sus homólogos de Honduras y Guatemala coinciden en que el problema de la niñez migrante es responsabilidad de todos los países involucrados y que más que parches para calmar la crisis, hace falta impulsar una solución definitiva a las causas de ese fenómeno.
Mientras continúa la búsqueda de soluciones a la problemática, organizaciones humanitarias insisten en sus denuncias acerca de los abusos contra la niñez recluida en los centros temporales de detención en Estados Unidos, tanto de índole sexual, como física, verbal, sanitaria y otras.
En tanto otras voces manifiestan su preocupación por la pérdida de la fuerza laboral y de los encargados de garantizar el reemplazo demográfico en estos países, que vieron partir cerca de 57 mil menores de edad desde octubre de 2013.
Con la percepción de que la pobreza y la violencia son las principales causas del éxodo de miles de niños y adolescentes de estos países, los tres mandatarios centroamericanos podrían solicitar a Obama la aplicaciones de programas para combatir el narcotráfico y la delincuencia organizada.
También estaría incluido en ese pedido una ayuda Washington que permita generar una revitalización social y económica en esos países latinoamericanos.
La perspectiva de los presidentes de El Salvador, Honduras y Guatemala es que un plan de esa naturaleza posibilite impulsar proyectos de desarrollo local e infraestructura, para que las personas de esos países de origen encuentren oportunidades de empleo y mejoras en su subsistencia.
La agenda de los gobernantes de Centroamérica incluye la búsqueda de mayor respeto al debido proceso judicial migratorio en Estados Unidos para definir, conforme a la ley en ese país, si los infantes llegados sin acompañantes pueden quedarse.
Sánchez Cerén precisó que antes solicitaron a Estados Unidos que, en la medida de las posibilidades que otorgan las leyes, se respete el derecho a la reunificación de los menores de edad con sus familias.
Tanto el mandatario salvadoreño como sus homólogos de Honduras y Guatemala coinciden en que el problema de la niñez migrante es responsabilidad de todos los países involucrados y que más que parches para calmar la crisis, hace falta impulsar una solución definitiva a las causas de ese fenómeno.
Mientras continúa la búsqueda de soluciones a la problemática, organizaciones humanitarias insisten en sus denuncias acerca de los abusos contra la niñez recluida en los centros temporales de detención en Estados Unidos, tanto de índole sexual, como física, verbal, sanitaria y otras.
En tanto otras voces manifiestan su preocupación por la pérdida de la fuerza laboral y de los encargados de garantizar el reemplazo demográfico en estos países, que vieron partir cerca de 57 mil menores de edad desde octubre de 2013.
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