Cientos de pobladores originarios salvadoreños se reunieron en el momento al Divino Salvador del Mundo en esta capital para festejar el Día Internacional de los Pueblos Indígenas esperanzados con los nuevos tiempos que vive el país.
En declaraciones a Prensa Latina, la coordinadora del Consejo Coordinador Nacional Indígena Salvadoreño, Betty Pérez, expresó que es gratificante que la Asamblea Legislativa haya ratificado la reforma constitucional que reconoce a estos pueblos, la cual se exigió por muchos años.
Destacó que durante el gobierno del presidente Mauricio Funes (2009-2014) se sentaron bases para que la actual administración de Salvador Sánchez Cerén pueda dar continuidad a los cambios iniciados a favor de las poblaciones originarias.
En 2010, Funes pidió perdón en el primer Congreso Nacional Indígena a los pueblos autóctonos por el exterminio, la persecución y la negación histórica que han sufrido.
"Como pueblos indígenas vemos bien el trabajo de la presidencia de Sánchez Cerén en función de nuestros derechos", subrayó Pérez.
Añadió que están pidiendo trabajar en coordinación con las autoridades en estos nuevos tiempos en los que se requiere del esfuerzo de todos.
Estamos requiriendo políticas públicas culturalmente adecuadas para los pueblos indígenas y también una normativa secundaria de parte del órgano legislativo para fortalecer la identidad cultural de nuestras comunidades, precisó.
Por su parte, el secretario de Cultura, Ramón Rivas, señaló que aunque los pueblos originarios y miles de personas son presa aún de la pobreza y la exclusión social en el país, existen razones hoy para celebrar esta fecha.
"Ese motivo es por la reciente ratificación de la reforma al artículo 63 de la Constitución que estipula que El Salvador reconoce a los pueblos indígenas y adoptará políticas a fin de desarrollar la identidad étnica y cultural, cosmovisión, valores y espiritualidad", subrayó.
También hay otro motivo, dijo, y es la firme convicción del presidente Sánchez Cerén de acortar las diferencias sociales que existen a través de la aplicación y respeto de los derechos de los indígenas como seres humanos.
En junio pasado el parlamento ratificó una reforma constitucional, aprobada en 2012, que reconoce la existencia de los indígenas y sus derechos, al tiempo que compromete al Estado a adoptar políticas a su favor. El partido de derecha Alianza Republicana Nacionalista fue el único que no apoyó la normativa.
El reconocimiento llega 82 años después de que indígenas y campesinos salvadoreños sufrieran uno de los mayores episodios de represión registrado, no solo en El Salvador, sino también en Latinoamérica: la matanza de 1932 ordenada por la dictadura del general Maximiliano Hernández (1931-1944).
El ejército bajo sus órdenes, aplastó una insurrección indígena y campesina con fusilamientos masivos que dejó un saldo de más de 30 mil muertos, muchos de ellos enterrados en fosas comunes.
La persecución que se desató tras la masacre de 1932 fue tal que en las décadas posteriores muchos indígenas dejaron de hablar sus lenguas y ocultaron sus verdaderos nombres y apellidos para evitar ser reprimidos.
"La nuestra es una historia triste en lo relativo a los derechos indígenas", subrayó el secretario de cultura al recordar también el robo de las tierras comunales al calor de la reforma liberal en 1981 durante la presidencia de Rafael Zaldívar (1886-1874).
Rivas subrayó que el gobierno de Sánchez Cerén ha tomado acciones para incluir a la cultura como requisito previo y como base para la elaboración de los proyectos a fin de impulsar desarrollo con identidad respetando el modo de vida de los pueblos y fomentando un desarrollo humano sostenible.
Destacó que durante el gobierno del presidente Mauricio Funes (2009-2014) se sentaron bases para que la actual administración de Salvador Sánchez Cerén pueda dar continuidad a los cambios iniciados a favor de las poblaciones originarias.
En 2010, Funes pidió perdón en el primer Congreso Nacional Indígena a los pueblos autóctonos por el exterminio, la persecución y la negación histórica que han sufrido.
"Como pueblos indígenas vemos bien el trabajo de la presidencia de Sánchez Cerén en función de nuestros derechos", subrayó Pérez.
Añadió que están pidiendo trabajar en coordinación con las autoridades en estos nuevos tiempos en los que se requiere del esfuerzo de todos.
Estamos requiriendo políticas públicas culturalmente adecuadas para los pueblos indígenas y también una normativa secundaria de parte del órgano legislativo para fortalecer la identidad cultural de nuestras comunidades, precisó.
Por su parte, el secretario de Cultura, Ramón Rivas, señaló que aunque los pueblos originarios y miles de personas son presa aún de la pobreza y la exclusión social en el país, existen razones hoy para celebrar esta fecha.
"Ese motivo es por la reciente ratificación de la reforma al artículo 63 de la Constitución que estipula que El Salvador reconoce a los pueblos indígenas y adoptará políticas a fin de desarrollar la identidad étnica y cultural, cosmovisión, valores y espiritualidad", subrayó.
También hay otro motivo, dijo, y es la firme convicción del presidente Sánchez Cerén de acortar las diferencias sociales que existen a través de la aplicación y respeto de los derechos de los indígenas como seres humanos.
En junio pasado el parlamento ratificó una reforma constitucional, aprobada en 2012, que reconoce la existencia de los indígenas y sus derechos, al tiempo que compromete al Estado a adoptar políticas a su favor. El partido de derecha Alianza Republicana Nacionalista fue el único que no apoyó la normativa.
El reconocimiento llega 82 años después de que indígenas y campesinos salvadoreños sufrieran uno de los mayores episodios de represión registrado, no solo en El Salvador, sino también en Latinoamérica: la matanza de 1932 ordenada por la dictadura del general Maximiliano Hernández (1931-1944).
El ejército bajo sus órdenes, aplastó una insurrección indígena y campesina con fusilamientos masivos que dejó un saldo de más de 30 mil muertos, muchos de ellos enterrados en fosas comunes.
La persecución que se desató tras la masacre de 1932 fue tal que en las décadas posteriores muchos indígenas dejaron de hablar sus lenguas y ocultaron sus verdaderos nombres y apellidos para evitar ser reprimidos.
"La nuestra es una historia triste en lo relativo a los derechos indígenas", subrayó el secretario de cultura al recordar también el robo de las tierras comunales al calor de la reforma liberal en 1981 durante la presidencia de Rafael Zaldívar (1886-1874).
Rivas subrayó que el gobierno de Sánchez Cerén ha tomado acciones para incluir a la cultura como requisito previo y como base para la elaboración de los proyectos a fin de impulsar desarrollo con identidad respetando el modo de vida de los pueblos y fomentando un desarrollo humano sostenible.
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