La lucha contra la corrupción
Walter Raudales
La lucha actual contra la corrupción ¿Cómo entenderla? ¿Cómo explicarla?
¿Cómo posicionarse? Ahora El Salvador (junto a América Latina) pasa por
un vendaval de palabras e intenciones sobre la lucha contra la
corrupción. ¿Quién se va a oponer a la lucha contra ésta? Creo que
nadie. Formulado de otra forma ¿Quién va a levantar bandera a favor de
la corrupción? De nuevo, creo que nadie. Entonces, ¿Cómo entenderla?
¿Cómo posicionarse? para no ser arrastrado y caer en esa opinión pública
irracional? En este tema hay que hilar fino porque son tiempos de
transparencia y como tal esa es la cuestión: ser o no ser correctos.
La opinión pública, el lector, la gente, debe saber que la corrupción es
una lacra que empobrece a los pueblos y condena a la miseria y pobreza a
sus habitantes. Un país con una clase dirigente corrupta no avanza, se
estanca o retrocede, es claro; pero desgraciadamente esta bandera que
debe ser levantada por todos los pueblos ahora la levanta como espada de
Damocles sobre nuestros países los Estados Unidos, para tener sometidos
a gobiernos, “si no haces lo que te digo que hagas te destrono por
corrupto”, (véase Guatemala).
En la mira, como demonio a combatir, estuvo hasta hace unas décadas “el
comunismo”, luego “el terrorismo”, “el narcotráfico” y ahora su grito de
batalla es “no a la corrupción”. Para ello han activado todo su poderío
de presión política, de espionaje (convencional y no convencional).
Claro, éste es un recurso que usan sólo contra gobiernos de izquierda.
Veamos como ejemplo ¿Por qué no investigan por corrupción a Peña Nieto
en México, cuando las evidencias saltan a la vista, o a Manuel Santos en
Colombia? Esa balanza del imperio está inclinada contra la izquierda.
Hay que saberlo y hay que decirlo. Obligan a crear Comisiones
controladas por ellos.
El que los Estados Unidos y la derecha internacional la tomen en la
actualidad como bandera no significa que no vamos a alzar nuestra voz
contra la corrupción. ¿Podrá alguien estar en contra de esa bandera?
Quien lo haga se condena a una muerte civil. Nadie en su sano juicio
podrá decir “¡¡¡ viva la corrupción!!!” Sería destronado en segundos.
Esta lucha contra la corrupción ha sido, al menos en El Salvador, una
bandera de la izquierda. La mayoría de corruptos señalados y
enjuiciados, hasta este momento, han salido de las filas de la derecha.
La izquierda debe ser la primera en pedir que si alguien de sus filas es
sospechoso de enriquecimiento ilícito se le aplique la ley para que
demuestre lo contrario. Si se confirma, que se aplique la justicia; si
se desvanecen las acusaciones, resarcir públicamente.
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