El Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) realizó
hoy un acto conmemorativo en el cementerio La Bermeja, en esta capital,
en honor a los héroes caídos en la Ofensiva hasta el Tope y Punto.
Llevada a cabo el 11 de noviembre de 1989, la acción militar fue la más
importante de la guerrilla que, aunque no logró la toma del poder, sí
obligó al gobierno de Alianza Republicana Nacionalista a sentarse a
negociar una salida pacífica al conflicto armado.
En
declaraciones a Prensa Latina, Rafael Benavides, conocido como el
comandante Ramón Suárez, aseguró que esa operación significó la ruptura
del equilibrio estratégico en el contexto de la guerra popular
revolucionaria.
"La Ofensiva hasta el Tope y Punto rompió la
indecisión y la terquedad tanto del gobierno de turno como del de
Estados Unidos, para abrir una verdadera mesa de negociación, pues no
había de parte de ellos voluntad política para el diálogo", aseveró.
Esta fue la acción más grande que logramos articular en los 10 años de
guerra que el FMLN llevaba hasta ese momento, explicó Suárez.
"El poderío militar que demostró el FMLN al montar una operación como
esa, inédita hasta entonces en toda América Latina, de sitiar la capital
del país donde está la banca, las embajadas, la sede del gobierno,
reveló además nuestra arrojo para buscar una solución al conflicto",
afirmó.
Recordó que cuando iniciaron la preparación de la
ofensiva disminuyeron las acciones estratégicas del Frente porque había
que apuntalar la logística, la parte política, las relaciones
internacionales para el apoyo.
"Esa operación significó para el
FMLN, y para el pueblo salvadoreño el principio de lo que hoy tenemos,
el inicio de la pacificación del país, el desmontaje de las dictaduras
militares, la dispersión de la Fuerza Armada, la desaparición de los
cuerpos represivos", subrayó el comandante Suárez.
Asimismo, el
veterano y conocido por todos aquí como comandante Chano Guevara dijo a
Prensa Latina que en la Ofensiva no se logró tomar el poder como
esperaban, pero sí abrir una negociación en serio con el enemigo que
conllevó a la firma de los Acuerdos de Paz el 16 de enero de 1992.
"No nos regalaron nada, nos costó mucha sangre alcanzar lo que hoy tenemos", enfatizó Chano.
El gobierno de Estados Unidos, rememoró, enviaba un millón y medio
diario de dólares para el ejército, además de que preparaban los
llamados batallones elites en Estados Unidos, en el comando Sur en
Panamá, y en la base de Palmerola en Honduras.
Al cierre del
acto, Norma Guevara, de la Comisión Política del partido de izquierda,
rindió tributo a los caídos en la gesta, que soñaron y lucharon por
cambiar el rumbo del país.
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