El gobierno salvadoreño en solo tres meses inauguró obras viales, entregó dos mil 124 títulos de propiedad a familias campesinas y avanzó en un ambicioso plan de inversiones por más de dos mil millones de dólares.
Entre otros muchos proyectos enfocados en el desarrollo económico, productivo y social; en la reactivación del agro, la sustentabilidad ambiental, la participación activa de las mujeres y los jóvenes, también puso en marcha acciones contra la inseguridad.
El presidente Salvador Sánchez Cerén, en exclusiva a Prensa Latina explicó que la nación tiene una tendencia de crecimiento, por lo que considera que en dos o tres años tendrá las bases de la transformación productiva que permitirá mayores ingresos.
Existe una política clara de prevención de la violencia, control y represión del crimen; de rehabilitación, readaptación y tratamiento a las víctimas, destacó al referirse al esfuerzo del Gobierno por poner fin a la inseguridad, el principal problema de la población salvadoreña.
"También está definida una política de desarrollo institucional, porque queremos convertir a la Policía Nacional Civil en una institución dedicada al combate de la violencia", subrayó.
En su opinión, esas acciones traerán consigo la reducción de la inseguridad y al mismo tiempo más tranquilidad a la población.
También, para los próximos años, el país habrá ampliado las relaciones de intercambio y cooperación con la mayoría de los países del mundo, consideró.
"Para nosotros lo más importante es lograr un mundo de desarrollo y que seamos parte de un mundo en paz", enfatizó Sánchez Cerén, quien es uno de los líderes históricos del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional.
"La dinámica que tiene El Salvador es positiva, de avance con una política abierta a nivel mundial que nos permitirá fortalecer la integración centroamericana y latinoamericana y caribeña", expresó al advertir sobre un país en el que se trabaja desde el Gobierno por un mejor futuro para todos.
En el diálogo desde la Casa Presidencial destacó que el incremento de las relaciones con la mayor cantidad de países posibles redundará positivamente en las transformaciones sociales y económicas que impulsa su Gobierno.
Una de sus primeras gestiones fue visitar los países de Centroamérica, pues para El Salvador la integración de esta área es fundamental por los lazos históricos y las realidades que los unen, recordó.
"Pero la integración centroamericana es latinoamericana y caribeña", subrayó el jefe de Estado.
"Por eso también dimos el paso de incorporarnos a ese proceso que se ha construido a nivel de América Latina y el Caribe: la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños", enfatizó.
Estamos en ese proceso, subrayó Sánchez Cerén, quien en uno de los ejes de su programa de gobierno considera que la integración regional es un instrumento de desarrollo que potencia la cooperación, la complementariedad, la solidaridad y el intercambio, y promueve una visión de comercio justo que contribuye al buen vivir de los pueblos.
En ese sentido explicó que se trabaja por un acuerdo de alcance parcial con Cuba y Venezuela para seguir ampliando esas posibilidades.
Hemos solicitado el ingreso a PetroCaribe, ya somos parte del mecanismo energético y a partir de esas realidades estamos llevando adelante esa visión de abrirnos al mundo, manifestó.
Asimismo, señaló que se mantienen los vínculos con Brasil, Rusia, Europa o Estados Unidos, país con el cual se firmará, el próximo día 30, el segundo paquete de ayuda Fomilenio de esa nación a través de la Corporación del Reto del Milenio.
Con ese programa el Gobierno dispondrá de 277 millones y se empleará con una contrapartida adicional de 88,2 millones de la parte salvadoreña en tres proyectos: Clima de Inversiones, Capital Humano (mejoramiento de la calidad en educación) e Infraestructura Logística.
El Salvador "no solo debe abrirse a las grandes potencias, sino también al mundo; por eso creemos que debemos profundizar las relaciones con el Sur, Latinoamérica y el Caribe, un espacio que no hemos aprovechado al máximo", recalcó.
En ese sentido, recordó que en el combate al analfabetismo que en el 2009 era del 17,9 por ciento, lo primero que hizo como titular de Educación, fue buscar fuerzas, cooperación, apoyo en Naciones Unidas, porque no había presupuesto para esa tarea.
"Pero también decidimos concienciar a la juventud, a los maestros y a las universidades sobre esta misión que había que hacerla por el país", expresó.
Destacó que en ese esfuerzo encontraron el voluntariado y mediante un convenio de colaboración con Cuba y el método Yo sí Puedo adaptado a la realidad salvadoreña y un grupo de asesores de la isla, iniciaron la gestión.
Al concluir el gobierno anterior en el 2014, se logró disminuir el 5,6 por ciento el analfabetismo y ahora ronda el 12,6, resaltó Sánchez Cerén.
"La idea al finalizar este año es llevarlo al 11,9 por ciento", puntualizó el gobernante, quien consideró que sí "se puede" alcanzar esa meta.
Agregó que en el análisis del presupuesto piensan incrementar el monto para combatir ese mal, así como aumentar el número de actores jóvenes para que se incorporen a esta "gran campaña por terminar con el analfabetismo en El Salvador".
"Nosotros estamos trabajando por intensificar el proceso, es uno de los acuerdos que estamos buscando con Cuba para continuar y fomentar el asesoramiento y llevar al cinco por ciento el analfabetismo en el país", explicó.
Por otra parte, ratificó que entre las metas de su Gobierno está que la Secretaría de Cultura transite hacia la concreción de un Ministerio.
"Sabemos que la parte cultural es determinante no solo para la formación de valores sino para reafirmar nuestra identidad como salvadoreños", aseveró.
También es esencial para lograr que todo el talento intelectual, en la música, la poesía, la pintura, en todas las expresiones de las artes, en las cuales es muy rico el país, puedan tener una incidencia en el desarrollo de la vida política, cultural y educativa.
En todos estos planes, algunos ya logrados y otros a pocos pasos de su puesta en marcha, Sánchez Cerén ha invitado a todos los sectores a dialogar, en particular para buscar soluciones conjuntas a los principales problemas de la nación.
Puntualizó que el país todavía funciona con una economía con muchos elementos neoliberales y para dar el cambio hay que sentar las bases de un nuevo modelo que implica el desarrollo social y humano.
El gobierno anterior invirtió cientos de millones de dólares en los programas relacionados con la inversión social en salud, educación, combate a la pobreza y mejoramiento de la capacidad productiva, entre otros.
Para lograr la sostenibilidad de esos programas que se convirtieron en política de Estado "tenemos que enfrentar varios retos como resolver el problema de la inseguridad y, también, impulsar una política que le apueste al crecimiento del país", acotó.
La economía salvadoreña a partir del 2009 ha mostrado una tendencia de crecimiento, pero este ha sido lento y aspiramos, en el actual quinquenio, a que crezca cinco por ciento. Eso podría dar sustentabilidad a las transformaciones que tenemos como meta, dijo.
"También necesitamos mejorar los niveles educativos, requerimos personas más calificadas, así como acceso a las tecnologías", apuntó.
En estos planes para el desarrollo económico de El Salvador, no podemos olvidar que somos un país sumamente vulnerable sometido a muchas lluvias y terremotos que causan destrozos y generan pérdidas que pueden significar un retroceso.
Esas características imponen adecuar los proyectos a esas condiciones naturales que se agravan con el fenómeno del cambio climático, comentó.
"Todo eso no podemos alcanzarlo solo como Gobierno, sino que tenemos que lograr la participación de los ciudadanos, las comunidades, los trabajadores, los intelectuales y el sector empresarial para juntos construir los entendimientos y enfrentar los problemas", recalcó.
Recordó que la sociedad salvadoreña aún está muy confrontada entre sí, ya no desde el punto de vista militar, pero sí de las ideas, situación que se acentúa en los procesos electorales.
Sin embargo, en ese contexto sobresale un sentimiento de sacar a El Salvador adelante, y sobre esa base su gobierno trabaja para construir los entendimientos necesarios y avanzar, manifestó.
"¿Quién se va a oponer a la búsqueda de una política de crecimiento económico, de atracción de inversión pública; cómo un sector empresarial se va a oponer a una política de transformación productiva", cuestionó el dignatario, confiado en que el entendimiento es el camino hacia el cambio.
*Corresponsal de Prensa Latina en El Salvador.
El presidente Salvador Sánchez Cerén, en exclusiva a Prensa Latina explicó que la nación tiene una tendencia de crecimiento, por lo que considera que en dos o tres años tendrá las bases de la transformación productiva que permitirá mayores ingresos.
Existe una política clara de prevención de la violencia, control y represión del crimen; de rehabilitación, readaptación y tratamiento a las víctimas, destacó al referirse al esfuerzo del Gobierno por poner fin a la inseguridad, el principal problema de la población salvadoreña.
"También está definida una política de desarrollo institucional, porque queremos convertir a la Policía Nacional Civil en una institución dedicada al combate de la violencia", subrayó.
En su opinión, esas acciones traerán consigo la reducción de la inseguridad y al mismo tiempo más tranquilidad a la población.
También, para los próximos años, el país habrá ampliado las relaciones de intercambio y cooperación con la mayoría de los países del mundo, consideró.
"Para nosotros lo más importante es lograr un mundo de desarrollo y que seamos parte de un mundo en paz", enfatizó Sánchez Cerén, quien es uno de los líderes históricos del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional.
"La dinámica que tiene El Salvador es positiva, de avance con una política abierta a nivel mundial que nos permitirá fortalecer la integración centroamericana y latinoamericana y caribeña", expresó al advertir sobre un país en el que se trabaja desde el Gobierno por un mejor futuro para todos.
En el diálogo desde la Casa Presidencial destacó que el incremento de las relaciones con la mayor cantidad de países posibles redundará positivamente en las transformaciones sociales y económicas que impulsa su Gobierno.
Una de sus primeras gestiones fue visitar los países de Centroamérica, pues para El Salvador la integración de esta área es fundamental por los lazos históricos y las realidades que los unen, recordó.
"Pero la integración centroamericana es latinoamericana y caribeña", subrayó el jefe de Estado.
"Por eso también dimos el paso de incorporarnos a ese proceso que se ha construido a nivel de América Latina y el Caribe: la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños", enfatizó.
Estamos en ese proceso, subrayó Sánchez Cerén, quien en uno de los ejes de su programa de gobierno considera que la integración regional es un instrumento de desarrollo que potencia la cooperación, la complementariedad, la solidaridad y el intercambio, y promueve una visión de comercio justo que contribuye al buen vivir de los pueblos.
En ese sentido explicó que se trabaja por un acuerdo de alcance parcial con Cuba y Venezuela para seguir ampliando esas posibilidades.
Hemos solicitado el ingreso a PetroCaribe, ya somos parte del mecanismo energético y a partir de esas realidades estamos llevando adelante esa visión de abrirnos al mundo, manifestó.
Asimismo, señaló que se mantienen los vínculos con Brasil, Rusia, Europa o Estados Unidos, país con el cual se firmará, el próximo día 30, el segundo paquete de ayuda Fomilenio de esa nación a través de la Corporación del Reto del Milenio.
Con ese programa el Gobierno dispondrá de 277 millones y se empleará con una contrapartida adicional de 88,2 millones de la parte salvadoreña en tres proyectos: Clima de Inversiones, Capital Humano (mejoramiento de la calidad en educación) e Infraestructura Logística.
El Salvador "no solo debe abrirse a las grandes potencias, sino también al mundo; por eso creemos que debemos profundizar las relaciones con el Sur, Latinoamérica y el Caribe, un espacio que no hemos aprovechado al máximo", recalcó.
En ese sentido, recordó que en el combate al analfabetismo que en el 2009 era del 17,9 por ciento, lo primero que hizo como titular de Educación, fue buscar fuerzas, cooperación, apoyo en Naciones Unidas, porque no había presupuesto para esa tarea.
"Pero también decidimos concienciar a la juventud, a los maestros y a las universidades sobre esta misión que había que hacerla por el país", expresó.
Destacó que en ese esfuerzo encontraron el voluntariado y mediante un convenio de colaboración con Cuba y el método Yo sí Puedo adaptado a la realidad salvadoreña y un grupo de asesores de la isla, iniciaron la gestión.
Al concluir el gobierno anterior en el 2014, se logró disminuir el 5,6 por ciento el analfabetismo y ahora ronda el 12,6, resaltó Sánchez Cerén.
"La idea al finalizar este año es llevarlo al 11,9 por ciento", puntualizó el gobernante, quien consideró que sí "se puede" alcanzar esa meta.
Agregó que en el análisis del presupuesto piensan incrementar el monto para combatir ese mal, así como aumentar el número de actores jóvenes para que se incorporen a esta "gran campaña por terminar con el analfabetismo en El Salvador".
"Nosotros estamos trabajando por intensificar el proceso, es uno de los acuerdos que estamos buscando con Cuba para continuar y fomentar el asesoramiento y llevar al cinco por ciento el analfabetismo en el país", explicó.
Por otra parte, ratificó que entre las metas de su Gobierno está que la Secretaría de Cultura transite hacia la concreción de un Ministerio.
"Sabemos que la parte cultural es determinante no solo para la formación de valores sino para reafirmar nuestra identidad como salvadoreños", aseveró.
También es esencial para lograr que todo el talento intelectual, en la música, la poesía, la pintura, en todas las expresiones de las artes, en las cuales es muy rico el país, puedan tener una incidencia en el desarrollo de la vida política, cultural y educativa.
En todos estos planes, algunos ya logrados y otros a pocos pasos de su puesta en marcha, Sánchez Cerén ha invitado a todos los sectores a dialogar, en particular para buscar soluciones conjuntas a los principales problemas de la nación.
Puntualizó que el país todavía funciona con una economía con muchos elementos neoliberales y para dar el cambio hay que sentar las bases de un nuevo modelo que implica el desarrollo social y humano.
El gobierno anterior invirtió cientos de millones de dólares en los programas relacionados con la inversión social en salud, educación, combate a la pobreza y mejoramiento de la capacidad productiva, entre otros.
Para lograr la sostenibilidad de esos programas que se convirtieron en política de Estado "tenemos que enfrentar varios retos como resolver el problema de la inseguridad y, también, impulsar una política que le apueste al crecimiento del país", acotó.
La economía salvadoreña a partir del 2009 ha mostrado una tendencia de crecimiento, pero este ha sido lento y aspiramos, en el actual quinquenio, a que crezca cinco por ciento. Eso podría dar sustentabilidad a las transformaciones que tenemos como meta, dijo.
"También necesitamos mejorar los niveles educativos, requerimos personas más calificadas, así como acceso a las tecnologías", apuntó.
En estos planes para el desarrollo económico de El Salvador, no podemos olvidar que somos un país sumamente vulnerable sometido a muchas lluvias y terremotos que causan destrozos y generan pérdidas que pueden significar un retroceso.
Esas características imponen adecuar los proyectos a esas condiciones naturales que se agravan con el fenómeno del cambio climático, comentó.
"Todo eso no podemos alcanzarlo solo como Gobierno, sino que tenemos que lograr la participación de los ciudadanos, las comunidades, los trabajadores, los intelectuales y el sector empresarial para juntos construir los entendimientos y enfrentar los problemas", recalcó.
Recordó que la sociedad salvadoreña aún está muy confrontada entre sí, ya no desde el punto de vista militar, pero sí de las ideas, situación que se acentúa en los procesos electorales.
Sin embargo, en ese contexto sobresale un sentimiento de sacar a El Salvador adelante, y sobre esa base su gobierno trabaja para construir los entendimientos necesarios y avanzar, manifestó.
"¿Quién se va a oponer a la búsqueda de una política de crecimiento económico, de atracción de inversión pública; cómo un sector empresarial se va a oponer a una política de transformación productiva", cuestionó el dignatario, confiado en que el entendimiento es el camino hacia el cambio.
*Corresponsal de Prensa Latina en El Salvador.
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