El Salvador vive hoy jornadas de júbilo luego de que el papa Francisco declarara mártir a monseñor Oscar Arnulfo Romero, y ya se alistan los preparativos para la beatificación este año.
Al júbilo del pueblo -que ya desde hace tiempo considera Santo a monseñor Romero-, se unieron las autoridades de la nación.
"Nuestro Gobierno reconoce la figura y obra de monseñor Ã"scar Arnulfo Romero como guía y luz en el camino hacia un país de bienestar para todas y todos", expresó la víspera el presidente, Salvador Sánchez Cerén.
El jefe de Estado subrayó que "la voz de monseñor Romero elevó hasta el cielo, hasta Dios, el clamor de los más pobres de El Salvador" y "su ejemplo sigue inspirándonos para hacer de nuestra tierra un lugar con justicia y felicidad".
El gobernante dio instrucciones al secretario de Gobernabilidad y Comunicaciones, Franzi Hato Hasbún, para coordinar la conformación del equipo que trabajará, junto con la Iglesia católica, en la organización del acto de beatificación.
Aclaró que aún no se conocen los detalles ni la fecha, pero dijo que tiene que ser un "evento histórico, que trascienda a nivel mundial como lo merece la figura de monseñor Romero", asesinado en 1980 por su posición contra la injusticia y la represión que azotaban al país.
Autoridades del Vaticano precisaron que la ceremonia será en San Salvador este año, aunque no precisaron fecha ni confirmaron la participación del papa Francisco en ella.
También revelaron que se ha abierto la causa para la santificación del sacerdote jesuita Rutilio Grande, asesinado por los llamados escuadrones de la muerte en 1977, junto con otros dos salvadoreños.
Ese hecho impulsó a monseñor Romero â�"de quien fue amigoâ�" a insistir en que el gobierno investigara el crimen y, al no cumplir el reclamo, a cambiar su posición sobre el papel de la iglesia y del individuo en la sociedad.
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