martes, 1 de marzo de 2016

Desafiando los lobos. La Visita de Francisco en México.


Francisco fue sistemáticamente invitado para venir a México antes de junio de 2015, la fecha no era casual. Ese mes tuvieron lugar las elecciones intermedias donde se renovó la mitad de los diputados, se elegían gobernadores, diputados estatales  y alcaldes en varios estados. No podía descartarse la intención del sistema político de utilizar la imagen del Papa en las campañas. Cuestión que evidentemente trató de evitar.

Por otra parte, México es el segundo país en católicos del mundo y había estado en Brasil, Estados Unidos y Filipinas que son el primero, tercero y cuarto en número de católicos. De alguna manera necesitaba este contacto directo por razones estratégicas. El Papa Francisco se propone la renovación de la Iglesia católica y necesitaba confrontarse con los obispos que obstaculizan su propuesta, apelando directamente a los feligreses y cuadros medios de la Iglesia, sin descartar obispos que eventualmente lo respaldan. Para ello necesitaba estar directamente en el terreno y mostrar su capacidad de convocatoria.

El Papa tiene la peculiaridad de ser Jefe de Estado a la vez que líder religioso. Por ello requiere un tipo de negociación compleja con el Estado anfitrión y con el Episcopado local, donde debe priorizar sus objetivos y definir cuestiones no esenciales, y por tanto negociables, en función de sus estrategias y objetivos. Esto se vería más adelante en el recuento de las “ausencias” y las presencias. También debe mantener un perfil de líder religioso y emplear un lenguaje acorde con su carácter, aunque no se no escapa que lo que diga incidirá directamente en el campo político religioso.

Sería imposible en un artículo periodístico hacer un recuento pormenorizado de la Visita pero señalará algunas cuestiones estratégicas.
Llegó a la masa de feligreses, vinculados a la Iglesia y desautorizó el conjunto de mercenarios de la fe, que son un sector significativo de los obispos. Planteo los problemas centrales y rescató a grandes sectores de los católicos practicantes, además de acercar sectores que se habían alejado de la Iglesia como resultado de estos personajes nefastos. Ganó a grandes sectores del mundo urbano popular (Trabajadores, empleados, amas de casa e incluso estudiantes y jóvenes, estos últimos en menor grado) y a sectores significativos de los empresarios, aislando al Consejo Mexicano de Hombres de Negocios, los grupos económicos más poderosos, muchos que están vinculados a la minería y otras empresas tóxicas y a quienes la Laudato Si les cae como “patada en hígado”.

Sin embargo incorporó al proyecto al Consejo Coordinador Empresarial, el organismo cúpula y el poderoso Grupo Monterrey, el sector más dinámico de la economía que había sido cooptado por la Teología de la Prosperidad y ahora se planteó la Doctrina Social de la Iglesia. 

Por otra parte el mensaje lo entendieron los feligreses, en distintos modos y niveles culturales y sociales. Lo de Chiapas donde reivindicó la Teología India y al Obispo Samuel Ruiz, todavía no lo asimilan los sectores racistas y discriminadores, que son bastantes entre sectores de la Jerarquía.

Hubo una estrategia de sabotaje sistémico en sectores de la Iglesia que influyeron en ciertos medios para boycotear todo lo que se podía la Visita. Considero que no pudieron, aunque hicieron bastante daño.

Consiguieron instalar en los medios un discurso centrado más en lo que no dijo, que en lo que dijo. Pero ese discurso no se instaló en los feligreses ni en sectores más inteligentes de la sociedad.

La primera Visita Pastoral de Francisco logró sus objetivos, sacudir la conciencia de los mexicanos, que habrá más allá de la Visita, es responsabilidad de la sociedad en su conjunto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario