¿ES IGUAL LA VIOLENCIA REVOLUCIONARIA DEL CONFLICTO A LA VIOLENCIA ACTUAL?
Para responder de forma adecuada a esta interrogante, que muchos
políticos por perversidad o por ignorancia responden con un simple sí,
asegurando que la situación actual es igual a la que vivimos durante el
conflicto armado, es preciso hacer las siguientes consideraciones.
1. La violencia revolucionaria expresada en una guerra popular
revolucionaria, no fue un acto de agresión a la sociedad, al contrario
fue un acto defensa frente a la represión, persecución y eliminación
física, que desde el Estado se ejercía contra la oposición política. Los
grupos delincuenciales actuales, si bien son el resultado de una
situación de marginación social, no defienden una causa noble, pues
basan su existencia en el parasitismo social, explotando a la sociedad,
con diversos delitos, especialmente a los sectores más vulnerables.
2. Las organizaciones político militares que se alzaron en armas,
enarbolaron una causa justa y lícita, por la democratización del país,
que le mereció el apoyo nacional de la población y el reconocimiento
internacional de países y asociaciones democráticas que se sumaron a su
causa que fue enaltecida en una negociación auspiciada por las Naciones
Unidas. Los grupos delictivos actuales, están vinculados al
narcotráfico, contrabando, extorsiones, sicariato, secuestros, robo,
hurto, amenazas y demás delitos conexos, sobre los que basan su
funcionamiento y existencia, lo cual jamás tendrá el apoyo de fuerzas
democráticas y mucho menos de otros Estados y organismos internacionales
que se esfuerzan por erradicar dichos delitos.
3. El respaldo y crecimiento de las organizaciones político militares
del conflicto armado estaba fundamentado en la convicción y asunción
voluntaria de un ideal, de una utopía que se construía sobre valores de
solidaridad, justicia, equidad y libertades democráticas que en su
dimensión política, fueron conquistadas con la firma de los Acuerdos de
Paz. Los grupos delictivos actuales basan su crecimiento en la
intimidación, el terror, el culto y desprecio a la dignidad e integridad
moral y física de la persona humana, carecen de un proyecto de vida
compatible con los valores de una sociedad democrática, solidaria,
igualitaria y equitativa.
Con lo antes dicho es suficiente para responder que la violencia
revolucionaria del conflicto no es igual a la violencia del crimen común
y organizado que actualmente sufre nuestra sociedad y por lo mismo la
solución a este conflicto social será muy diferente, en tanto el
reconocimiento de los protagonistas intelectuales y materiales de esta
violencia sólo será para lograr su reinserción social, previo al
cumplimiento de una sanción.
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