domingo, 2 de noviembre de 2014

Salvadoreños recuerdan a sus muertos en día de tradiciones

Los salvadoreños celebran hoy el Día de Muertos o de Los Difuntos, una tradición que tiene sus raíces en el sincretismo cultural que mezcla elementos de las costumbres de los pueblos originarios y del catolicismo. Al igual que en casi toda la región mesoamericana y de países de Suramérica, este día se aprovecha para agasajar con flores a las personas queridas que murieron y cuyos restos yacen en los más diversos cementerios y enterramientos de este país.

También se preparan y consumen platillos típicos como hojuelas con miel de panela, ayote en miel, las populares pupusas de maíz con frijol, queso y chicharrón, yuca frita y otras delicias de la cocina tradicional salvadoreña.

Como parte de estas ceremonias, los familiares, amigos y algunos que buscan ganarse un poco de dinero limpian, pintan y decoran las tumbas que, por cierto, en El Salvador tienen colores vivaces como el azul, verde o violeta, lejos de los grises marmóreos de los camposantos de otras partes del mundo.

Según un estudio de Salvador Augusto López, basado en una amplia literatura sobre el Día de Muertos en El Salvador, "en la raíz y tronco de esta celebración hay un fundamento indígena, con la copa del árbol católica y unas pocas ramas cristiano-evangélicas".

Hoy los cementerios estarán abiertos 12 horas. Las actividades donde se mezclan solemnidad y fiesta, comenzaron con una misa en el Parque Memorial La Bermeja, en esta capital, y con las interpretaciones de la banda regimental de la Escuela Militar y de la Marimba Alma India.
Asegura que en la Mesoamérica prehispánica los indígenas ya tenían su propia celebración del Día de los Muertos, así como la comprensión de una vida del más allá, "pero aquí mismo, en la intramundanidad que no tiene nada que ver con el esquema cielo e infierno, que los conquistadores cristianos implantaron".

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